El Gobierno de Melilla aduce que Marruecos rechaza desde hace un mes la devolución de menores

Hace un mes que las autoridades de Marruecos se niegan a admitir a los menores que le son devueltos desde Melilla, según ha revelado el Gobierno de la ciudad autónoma. Esta actitud ha provocado el colapso de los centros de acogida y ha empujado al Gobierno municipal a demorar la tutela de los muchachos que entren a partir de ahora en la ciudad. 'Eso no supone que los dejemos sin los servicios sociales básicos, sino que no nos haremos responsables de ellos hasta que estudiemos cada caso con todo detalle', declaró la consejera de Bienestar Social, Isabel Quesada.

El teléfono del president...

Hace un mes que las autoridades de Marruecos se niegan a admitir a los menores que le son devueltos desde Melilla, según ha revelado el Gobierno de la ciudad autónoma. Esta actitud ha provocado el colapso de los centros de acogida y ha empujado al Gobierno municipal a demorar la tutela de los muchachos que entren a partir de ahora en la ciudad. 'Eso no supone que los dejemos sin los servicios sociales básicos, sino que no nos haremos responsables de ellos hasta que estudiemos cada caso con todo detalle', declaró la consejera de Bienestar Social, Isabel Quesada.

El teléfono del presidente de Melilla, Juan José Imbroda (Unión del Pueblo Melillense), no paró de sonar ayer. La secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Concepción Dancausa; el ministro de la Presidencia, Juan José Lucas, y el delegado para la Extranjería, Enrique Fernández-Miranda, fueron algunos de los miembros del Ejecutivo que se pusieron en contacto con él. Todos estaban alarmados por la noticia anunciada el lunes de que la ciudad autónoma no acogería a más menores marroquíes.

Quesada matiza esas informaciones: 'La ciudad está obligada a prestar a esos muchachos los servicios sociales básicos, como darles cobijo, alimentos, ropa y servicios médicos. Pero no les va aplicar de forma inmediata la situación administrativa de desamparo, porque eso implicaría que nosotros ejerceríamos su tutela y, por tanto, seríamos responsables de ellos. Y no estamos en condiciones de asumirlo en este momento'.

El Gobierno de la ciudad (integrado por UP, PP, PSOE y Grupo Mixto) explica su decisión de 'estudiar con detenimiento' la situación de cada menor: 'La mayoría de los chicos que entran en Melilla rozan la mayoría de edad, vienen en busca de documentos y tienen a sus familias en las poblaciones fronterizas. Esto último lo demuestra el hecho de que cuando hay una fiesta musulmana, abandonan la ciudad para pasarla con sus parientes. Es decir, que muchos de los menores que estamos tutelando no se hallan en situación de desamparo'.

Más presupuesto

El próximo día 16 las autoridades de Melilla mantendrán una reunión con representantes de los ministerios del Interior y Trabajo y Asuntos Sociales. Según Fernández-Miranda, 'se tratará de ver hasta qué punto estos problemas se pueden solucionar con mayor dotación presupuestaria'. Sin embargo, la consejera de Bienestar Social afirma que la solución no es exclusivamente económica.

A día de hoy, Melilla da alojamiento, alimentación, ropa, educación y asistencia médica a 180 muchachos en seis centros y tres pisos acogida. A las autoridades les consta que muchos de ellos han cruzado la frontera con la ayuda de mafias radicadas en Marruecos y en la propia ciudad. Curiosamente, desde que estalló la crisis de los menores, hace dos días, no ha entrado un solo muchacho más.

Las devoluciones fueron paralizadas por Marruecos hace mes y medio, sin explicaciones, según Quesada. 'Hasta ese momento, eran entregados a las autoridades de la vecina localidad de Nador, que debían reunirlos con sus familias o llevarlos a los servicios sociales. Nosotros no podemos entrar en Marruecos a buscar a sus parientes, son sus autoridades las que pueden y deben hacerlo. Cuando nos aceptaban un menor suponíamos que habían cumplido con su tarea', afirma la consejera.

El delegado del Gobierno para la Extranjería acusó a Marruecos de no estar haciendo lo necesario para detener la salida de sus menores, 'que siguen llegando en un número desorbitado a Melilla y a Ceuta, pese a que los devolvemos una y otra vez después de que su familia los haya identificado'. Fernández-Miranda señaló que, 'así como el Estado español tiene la responsabilidad de acoger a esos niños y de respetar sus derechos, mayor responsabilidad tiene el Estado de donde proceden: uno de los derechos del niño es no perder su nacionalidad ni sus orígenes'.