Perfil

La pasión por componer

La gran pasión vital de Xavier Montsalvatge fue ser compositor. Con una tenacidad que logró superar todas las pruebas adversas, ha logrado que su calidad sea reconocida internacionalmente e, incluso, en su propio país, lo cual a veces es más difícil. Pero su vida profesional ha tenido también otras dimensiones menos conocidas. Fue crítico musical, pero también periodista tout court: compaginador del semanario Destino durante muchos años, en un último periodo fue también su director.

Montsalvatge está en los orígenes mismos de la revista Destino, que Josep Vergés e I...

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La gran pasión vital de Xavier Montsalvatge fue ser compositor. Con una tenacidad que logró superar todas las pruebas adversas, ha logrado que su calidad sea reconocida internacionalmente e, incluso, en su propio país, lo cual a veces es más difícil. Pero su vida profesional ha tenido también otras dimensiones menos conocidas. Fue crítico musical, pero también periodista tout court: compaginador del semanario Destino durante muchos años, en un último periodo fue también su director.

Montsalvatge está en los orígenes mismos de la revista Destino, que Josep Vergés e Ignacio Agustí crearon en la Barcelona de la inmediata posguerra. Es difícil entender con la mentalidad de hoy lo que ocurría en aquellos tiempos difíciles. Había una cierta Cataluña que acogió con grandes esperanzas la República, que consideró un grave error la sublevación del Gobierno de la Generalitat el 6 de octubre de 1934, que condenó el golpe de Estado de Franco y que permaneció fiel a la legalidad, pero que, a lo largo de la guerra, al contemplar los crímenes del verano-otoño de 1936, empezó a mostrarse escéptica ante el curso de los acontecimientos y a desear que la contienda terminara aunque fuera con la victoria de Franco.

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¿Qué podía hacer esa gente joven, de alma republicana, vocación intelectual, talante moderado y una mentalidad que era tan incompatible con la barbarie falangista como con la revolución que se había intentado en Cataluña durante la guerra civil? Aparte del exilio, cabían dos opciones: dedicarse a la vida privada o, si tenían vocación de intervenir en la vida pública, buscar los posibles resquicios que la situación ofrecía. Montsalvatge y sus amigos optaron por publicar un semanario no controlado por la Falange que intentara continuar la tradición cultural de la Cataluña republicana sin poder utilizar la lengua catalana, que mostrara simpatía por los aliados en la guerra mundial aunque no pudiera tratar de política nacional. Este semanario fue Destino. En él escribió gente como Josep Pla, Vicens Vives, Néstor Luján y tantos otros. Mucho más tarde, cuando una condena judicial por ejercer la libertad de expresión hizo que Luján, su director, tuviera que abandonar el cargo, Montsalvatge ocupó la dirección -sólo nominalmente, ya que Luján seguía como director de hecho- y la mantuvo hasta que, en 1974, Destino pasó a ser controlado por Jordi Pujol, lo cual provocó la dimisión de Luján y de su equipo. Sin dudarlo, Montsalvatge también presentó la suya.

Éste era Montsalvatge: una persona que estimaba por encima de todo su dignidad; que veía en la música una contribución a la cultura, sin encerrarla en inexistentes fronteras nacionales; un hombre con sentido del humor, bueno y generoso. Que ha llegado a los noventa años en plena actividad. Pero nosotros somos los realmente afortunados: siempre nos quedará su música. Gracias, Xavier.

F. de Carreras es catedrático de Derecho Constitucional.

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