Gala invita al lector a meterse en un jardín de amor y desamor

Antonio Gala (Brazatortas, Ciudad Real, 1930) se muestra optimista y habla con entusiasmo de su último trabajo, Los invitados al jardín (Planeta), un volumen de relatos de amor y desamor. El autor afirma que éste es un libro muy distinto a su producción anterior, 'más juvenil que otros, más radical y escrito de una manera diferente'. Dice que de manera intencionada ha buscado un ritmo diferente y una urgencia en la escritura: 'El hecho de elegir historias de amor y desamor más bien cortas supone buscar la rapidez del cine, la síntesis del periodismo y un lenguaje distinto'. Afirma que e...

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Antonio Gala (Brazatortas, Ciudad Real, 1930) se muestra optimista y habla con entusiasmo de su último trabajo, Los invitados al jardín (Planeta), un volumen de relatos de amor y desamor. El autor afirma que éste es un libro muy distinto a su producción anterior, 'más juvenil que otros, más radical y escrito de una manera diferente'. Dice que de manera intencionada ha buscado un ritmo diferente y una urgencia en la escritura: 'El hecho de elegir historias de amor y desamor más bien cortas supone buscar la rapidez del cine, la síntesis del periodismo y un lenguaje distinto'. Afirma que el relato es el género de nuestra época, 'urgente y urgida, en la que las grandes novelas no tienen verdadero sitio porque necesitan un verano y nadie tiene un verano entero para leer algo de lo que tiene que estar muy pendiente'.

Los invitados al jardín es un compendio de 32 relatos, que comienzan con la muerte y finalizan en ella, en los que el escritor cuenta diferentes historias 'como si estuviera detrás de una cortina', viendo lo que les sucede a toda una galería de personajes. Las historias, según el autor, no son reales y todas ellas fueron apareciendo de manera vertiginosa en su mente.

Todos sus personajes, como todos sus lectores, son irremediablemente invitados al jardín del amor, un espacio 'que no vamos a terminar de ver nunca y que no siempre vamos a ver en flor', y que 'vamos estropeando nosotros porque no sabemos amar, porque utilizamos a la otra persona como un espejo'.

Gala muestra cierta tristeza cuando se le pregunta sobre el bajo índice de lectura en España. 'Siento por aquellos que nunca han leído un libro -46% de la población española- una tremenda y buena compasión porque no saben lo que se pierden, no saben hasta qué punto podrían enriquecerse. Se han transformado en iletrados funcionales. Hay gente de inteligencia natural que lo que te dan ganas es de hacerle una lista de libros y seguro que una vez que lo descubran multiplicarían sus ansias de lectura'.

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