El Museo Thyssen-Bornemisza se extiende con un pabellón y un jardín

La ampliación presentará a finales de 2003 la colección de la baronesa en 16 salas

La colocación de un pabellón en un jardín, mantener una lógica palaciega y respetar el entorno de lo antiguo son aspectos que han seguido los arquitectos para ampliar el Museo Thyssen-Bornemisza, en el paseo del Prado de Madrid. El nuevo edificio, que enlazará con el museo actual proyectado en 1992 por Rafael Moneo, presentará a finales de 2003 la colección de la baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza (CTB) en 16 nuevas salas, con una superficie de 8.000 metros cuadrados. El presupuesto es de 15 millones de euros, una aportación patrimonial de Cultura.

Los arquitectos Francesc Pla y Manuel ...

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La colocación de un pabellón en un jardín, mantener una lógica palaciega y respetar el entorno de lo antiguo son aspectos que han seguido los arquitectos para ampliar el Museo Thyssen-Bornemisza, en el paseo del Prado de Madrid. El nuevo edificio, que enlazará con el museo actual proyectado en 1992 por Rafael Moneo, presentará a finales de 2003 la colección de la baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza (CTB) en 16 nuevas salas, con una superficie de 8.000 metros cuadrados. El presupuesto es de 15 millones de euros, una aportación patrimonial de Cultura.

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Los arquitectos Francesc Pla y Manuel Baquero, miembros del estudio BOPBAA, de Barcelona, que ganó el concurso de ampliación del Museo Thyssen-Bornemisza, explicaron ayer, ante maquetas y planos, su proyecto, que incluye un nuevo edificio en los dos inmuebles de la calle del Marqués de Cubas, números 19 y 21, con dos plantas para la colección CTB y otra para las exposiciones temporales; la rehabilitación de las dos fachadas de estos edificios de principios del siglo XX y la reforma de la zona del actual museo donde se sitúan la cafetería y el guardarropa. En la presentación participaron también Tomàs Llorens, conservador jefe del museo, y Carlos Fernández de Henestrosa, director gerente.

Las dos ideas que dieron origen al proyecto, según los arquitectos, son 'extender, arrastrar, continuar y ampliar' el proyecto museográfico del palacio de Villahermosa, rehabilitado en 1992 por Rafael Moneo, con la misma altura de las dos plantas donde se exhibe la colección permanente, y situar en el nuevo edificio, como continuación del recorrido actual, la colección CTB, junto con la rehabilitación de las fachadas de los dos inmuebles de la calle del Marqués de Cubas (las otras dos fachadas dan al jardín del museo), como unión con el barrio.

Fondo neutral

La intención de los arquitectos es unir dos cajas con los mismos planteamientos, extender el palacio actual con un nuevo edificio de fondo neutral, con una fachada de piedra artificial que arranca desde el jardín, y un cambio en la topografía de esta última superficie, que en la parte subterránea llevará una cafetería con un patio y salidas a la zona de árboles.

La fachada del nuevo edificio, además de facilitar la iluminación de las salas en las exposiciones temporales y en la colección, mantiene la 'idea palaciega', y en este sentido se ha reducido el volumen del edificio de la ampliación, al disminuir cerca de dos plantas en su disposición actual, y situar al mismo nivel la cornisa del palacio de Villahermosa.

La disminución de la altura y el conservar las fachadas de los edificios de Marqués de Cubas, con una crujía que incluye dos vestíbulos y un torreón, junto con algunos elementos singulares, como las vidrieras, ha favorecido los permisos municipales. Tras la adjudicación del proyecto las obras pueden empezar en el mes de febrero, aunque ya ha empezado la operación de trasladar los magnolios y la entrada del museo ya tiene una zona acotada.

El préstamo gratuito de obras de la colección CTB durante 11 años provocó la ampliación del museo. En las nuevas 16 salas se presentará, al menos durante un año, una selección de unas 200 obras de la colección de 655 piezas de la colección internacional (unas 60 son regalos del barón Thyssen) y de la colección española, que mueve el museo. El conservador jefe, Tomàs Llorens, declaró ayer que las dos colecciones, la actual y la de CTB, se mostrarán de forma separada 'para que el púlbico pueda percibir el contenido de la colección CTB', aunque es partidario del montaje único de las dos colecciones, aspecto que decidirá el patronato tras la experiencia de un año y con el plan museográfico en la mano.

Fotomontaje de la ampliación del Museo Thyssen-Bornemisza, con el edificio actual a la izquierda.

Un eje verde hacia el Prado

Los arquitectos sitúan el nuevo Thyssen en el paseo del Prado y lo ven todo verde, al trazar en el plano un eje hacia la plaza de la Lealtad. La acera del museo es muy estrecha y los coches se paran por el semáforo en la misma puerta. Confían en prolongar la superficie verde y unirse a los árboles y setos del paseo central, si se modifica la reforma del Prado que ha planteado el equipo de los arquitectos Siza y Hernández León. Este proyecto afecta a otras ampliaciones de museos, como la del Prado de Rafael Moneo y la del Reina Sofía de Jean Nouvel, y también al nuevo centro de la Fundación La Caixa que proyectan Herzog y De Meuron. Está previsto un encuentro entre arquitectos y museos. 'Hacer vivir el jardín' es otro aspecto destacado por los arquitectos Pla y Baquero, que en su proyecto han aumentado el manto verde y la zona de disfrute de los visitantes del museo, que siguen teniendo la misma entrada de acceso actual para después seguir por la exposición temporal o por las colecciones. Han comprobado la vista insólita sobre todo el paseo del Prado y se plantean una azotea como remate del nuevo edificio para celebraciones especiales.

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