Las elecciones dejan a la vista una Ucrania dividida entre los occidentales y los 'rusos'

Los reformistas de Yúschenko sacan ventaja a la lista del presidente Kuchma

Un periodo político de coaliciones polifacéticas y de ingeniería parlamentaria entre fuerzas volubles se perfilaba ayer ante Ucrania, mientras avanzaba lentamente el recuento de votos de las elecciones legislativas que este país centroeuropeo de 49 millones de habitantes y territorio mayor que Francia celebró el pasado domingo, por tercera vez desde su independencia en 1991. Los partidos y bloques de oposición al presidente Leonid Kuchma fueron por delante de los sectores que apoyan al actual líder. Sin embargo, ayer no estaba claro si tendrán mayoría parlamentaria.

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Un periodo político de coaliciones polifacéticas y de ingeniería parlamentaria entre fuerzas volubles se perfilaba ayer ante Ucrania, mientras avanzaba lentamente el recuento de votos de las elecciones legislativas que este país centroeuropeo de 49 millones de habitantes y territorio mayor que Francia celebró el pasado domingo, por tercera vez desde su independencia en 1991. Los partidos y bloques de oposición al presidente Leonid Kuchma fueron por delante de los sectores que apoyan al actual líder. Sin embargo, ayer no estaba claro si tendrán mayoría parlamentaria.

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A última hora de la jornada de ayer quedaban todavía por contabilizar los resultados de los distritos mayoritarios, por lo que no está claro que los reformistas -que obtuvieron la victoria en las listas de partido- puedan formar una mayoría en el Parlamento (la Rada Suprema). Estos resultados pueden inclinar la balanza del lado de las fuerzas favorables a Kuchma.

Los primeros datos regionales indicaban que Ucrania sigue escindida entre una parte occidental, que prima a los sectores reformistas y nacionalistas representados por Víctor Yúschenko (el líder de Nueva Ucrania o NU) y Iulia Timoshenko, y la industrializada parte oriental, muy rusificada y temerosa del cambio, que votó al bloque propresidencial Por Una Ucrania Unida (PUU) y también al Partido Comunista de Ucrania (PCU).

El Parlamento ucranio tiene un total de 450 escaños, de los cuales 225 se adjudican por listas de partido y los otros 225 en distritos mayoritarios. Cerca de las seis de la tarde en Kiev (una hora antes en España), cuando se habían contado poco más de tres cuartas partes de los votos de las listas de partido, el bloque reformista NU se confirmaba como el vencedor, con un 22,64% de los votos (previsiblemente 66 escaños), seguido de los comunistas, con un 20,24% de los votos (60 escaños); el PUU, con un 12,86% (39 escaños); el Partido Socialista de Ucrania (PSU) de Alexandr Moroz, con el 7,25% de los votos (22 escaños); el bloque de la ex vicejefa del Gobierno Iulia Timoshenko, con el 6,81% (20 escaños), y el denominado Partido Socialdemócrata unido, con un 6,11% (18 escaños).

Al reparto definitivo de estos escaños habría que sumar los procedentes de los distritos mayoritarios, donde a última hora de la tarde no se había finalizado aún el recuento de los votos. Los datos disponibles indicaban que en cabeza iban 90 candidatos 'independientes', seguidos de 71 representantes del PUU, 40 de UN, 6 de los comunistas y 3 del PSU. En el sector de los independientes es previsible que haya tapados de los partidos propresidenciales y representantes de las oligarquías financieras e industriales con recursos para pagarse una campaña electoral.

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De los seis bloques que pasaron las elecciones, Yúschenko y Timoshenko, que ya trabajaron juntos en el Gobierno, y Alexandr Moroz podrían formar una coalición lógica. Los tres líderes han mantenido abierta esta posibilidad durante su campaña electoral. Yúschenko, sin embargo, se negó ayer a dar detalles sobre las opciones de coalición y denunció irregularidades y falsificaciones electorales que, según él, afectarían a un porcentaje comprendido entre el 8% y el 12% de los votos emitidos. Yúschenko denunció también una sorprendente subida de 10 puntos en las cifras de participación electoral (del 65% al 75%), tal como fueron expuestas por los representantes de la Comisión Central Electoral.

La ausencia de datos de participación definitivos es uno de los elementos que inspiran desconfianza a una población que en su gran mayoría se muestra escéptica sobre la honestidad de las elecciones celebradas.

Los observadores internacionales de la misión internacional de la OSCE, Consejo de Europa y Parlamento Europeo advirtieron progresos en el nivel de las elecciones, pero denunciaron la persistencia de fallos y se negaron a sacar conclusiones definitivas, según la posición expresada ayer en una conferencia de prensa del coordinador de la OSCE para las elecciones, Bruce George. Yúschenko calificó de honestos a los observadores, pero señaló que éstos realizan una vigilancia fragmentaria y no pueden oponerse a las irregularidades.

Las elecciones indican que los comunistas dirigidos por Piotr Simonenko mantienen un papel importante en la política de Ucrania. EL PCU ha sido partidarios de someter al presidente a un impeachment e insiste en no formar parte de ninguna coalición. La experiencia, sin embargo, demuestra que el PCU puede pactar con el Gobierno sobre temas concretos, manteniendo simultáneamente su lenguaje populista.

El bloque propresidencial Por una Ucrania Unida puede contar con el apoyo de los socialdemócratas unificados, cuyo líder, Víctor Medvedchuk, es uno de los candidatos que se barajan para la presidencia de Ucrania en los comicios del año 2004. Por lo visto, no es el único. A juzgar por la ponderación de su lenguaje y su estilo de hombre de Estado, Víctor Yúschenko esta pensando en lo mismo. Y también Vladímir Litvin, el jefe de la administración presidencial, el cual afirmó ayer su propia metamorfosis de 'cerebro gris' a 'político público' y consideró que la 'victoria' obtenida por PUU había sido 'un éxito personal'.

El líder de Nueva Ucrania, Víctor Yúschenko, ayer en Kiev.EPA

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