Los grandes coleccionistas corporativos refuerzan la exhibición pública de sus fondos

Telefónica presta durante 4 años un centenar de obras al Reina Sofía, el IVAM y el Macba

Telefónica firma hoy en el Ministerio de Educación y Cultura acuerdos de colaboración y préstamo para distribuir durante cuatro años el centenar de piezas de su colección de arte de vanguardia y contemporáneo en los museos Reina Sofía, IVAM y Macba. El ejemplo no afecta, de momento, a otras grandes empresas y corporaciones financieras que poseen colecciones de arte, que prefieren mostrarlas en sus propios centros y a través, eso sí, de una generosa política de préstamos concretos. Sólo la Fundación Coca-Cola prevé, en una fecha no determinada, trasladar su colección al 'dominio público'.
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Telefónica firma hoy en el Ministerio de Educación y Cultura acuerdos de colaboración y préstamo para distribuir durante cuatro años el centenar de piezas de su colección de arte de vanguardia y contemporáneo en los museos Reina Sofía, IVAM y Macba. El ejemplo no afecta, de momento, a otras grandes empresas y corporaciones financieras que poseen colecciones de arte, que prefieren mostrarlas en sus propios centros y a través, eso sí, de una generosa política de préstamos concretos. Sólo la Fundación Coca-Cola prevé, en una fecha no determinada, trasladar su colección al 'dominio público'.

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El nuevo acuerdo de Telefónica es continuación y ampliación del firmado en 1997 con el Ministerio de Educación y Cultura para el Museo Nacional Reina Sofía. Un centenar de obras de Chillida, Tàpies, Juan Gris, Luis Fernández y Picasso se distribuyen por los museos Reina Sofía, de Madrid; IVAM, de Valencia, y de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), después de tres meses de negociaciones con los directores de estos centros. El convenio es por cuatro años, implica intercambios de fondos con la propia Telefónica y Fundación Telefónica para sus proyectos y otras colaboraciones. Después de ese plazo, aunque se prevé una prórroga por anualidades, Telefónica se plantea la exhibición completa en su propio museo, como lo hizo, tras la formación de la colección, hasta 1997.

Esa es precisamente la fórmula elegida por muchos de los grandes coleccionistas corporativos, que han creado -y mantienen e incluso mejoran- sus propios museos, centros de arte y salas de exposición. Allí exhiben, con carácter preferente, sus colecciones. Tal es el caso de la Fundación La Caixa, que en las próximas semanas habrá concluido las obras de restauración de la Fàbrica Casaramona, un edificio modernista de vastas proporciones diseñado a principios del siglo pasado por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch. Las viejas naves destinadas inicialmente a la fabricación de tejidos, que albergaron después las caballerizas y el parque móvil de la policía, exhibirán a partir de finales de febrero, en exposiciones rotatorias, la colección de arte contemporáneo de La Caixa: más de 500 obras de 135 artistas, entre los que figura lo más granado del panorama artístico internacional desde la década de 1980 hasta la actualidad. La misma entidad prepara, para mostrar de igual modo su colección, la restauración de una antigua central eléctrica situada en pleno centro de Madrid.

Arte contemporáneo

Coleccionista de importancia, la Fundación ICO -creada en 1993 por el Instituto de Crédito Oficial 'para contribuir y apoyar el desarrollo de la cultura'- tiene también su propio centro de exhibición. En el Museo Colecciones ICO, en Madrid, puede visitarse una selección de sus tres colecciones: la de pintura española contemporánea, la de escultura moderna española con dibujo y la de grabado, con la Suite Vollard, de Picasso. El arte español contemporáneo nutre también la colección -más de 1.600 piezas, de las que 527 son pinturas y esculturas y el resto grabados y dibujos- que la Fundación Juan March exhibe en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca y en el Museo de Arte Español Contemporáneo, en Palma de Mallorca, que pronto será ampliado. La Fundación March, igual que la de La Caixa o la del ICO, exhiben también sus colecciones a través de exposiciones itinerantes y, sobre todo, a través de una generosa política de préstamos para exposiciones organizadas por terceros, sean éstos museos de titularidad pública o instituciones de carácter privado, dentro y fuera de España.

Con exposiciones temporales -y en ocasiones itinerantes- y abundantes préstamos divulgan también sus valiosas colecciones la Fundación BSCH (Banco Santander Central Hispano) y la Fundación BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria). La primera cuenta con una valiosa colección de amplio espectro, como revelan algunas de las recientes adquisiciones, como el Retrato de un joven noble, de Tintoretto, o una pintura de Soledad Sevilla. Como excepción a la norma, la Fundación BSCH tiene 'cedidos temporalmente' a la Cámara de Comercio de Barcelona los 15 lienzos de Las bodas de Camacho, que exhibe en la Fàbrica de Sucre, en Vic (Barcelona).

El palacio del marqués de Salamanca, en Madrid, ha colgado una primera muestra de la Colección BBVA, un fondo artístico que suma las piezas reunidas en su día por el Banco Bilbao Vizcaya, por una parte, y Argentaria, por otra. Tras la privatización de Argentaria y la fusión de la que resultaría el BBVA, el nuevo banco firmó un acuerdo con la Administración que le obliga a mostrar la colección. En Madrid se ha exhibido Colección BBVA. Del gótico a la Ilustración, una selección de 60 piezas que se cuelga en Bilbao hasta el 10 de marzo. La Fundación BBVA, que realiza préstamos frecuentes, tampoco prevé firmar acuerdos de depósito estable con ningún museo público o privado.

Otra colección corporativa que hará públicos sus fondos es la de L'Oréal, de arte español, pintura y fotografía. En los últimos 18 años ha reunido un centenar de piezas, a partir de su premio de pintura y mediante compras, de los artistas Lacalle, Murado, Ruiz Ortega, Sevilla, Ugalde, Brun y Rufo, entre otros.

La chispa del arte

'Nuestra colección de arte no se ha hecho para especular ni para decorar los despachos de los directivos de la compañía. En los próximos años pasará al dominio público'. Fernando Scarpa, director de la Fundación Coca-Cola, no puede precisar cuándo ni dónde, ésas son cuestiones todavía por determinar. Y no hay prisa, aunque las 'propuestas e invitaciones' no faltan: cada año 'son varias' las instituciones museísticas que se ofrecen para albergar la colección. Mientras llega el momento de la gran decisión, la Colección Coca-Cola se exhibe en una vieja fábrica de concentrado del popular refresco, en Madrid, un espacio de arte que puede visitarse en Internet (www.conocecocacola.com). La colección se muestra también a través de exposiciones itinerantes y de préstamos a otras entidades. En febrero se colgará en la Diputación Provincial de León, y después en Lisboa y Miami. Creada en 1993, la Colección Coca Cola ha reunido desde entonces más de 200 piezas, adquiridas todas ellas en la feria internacional de arte contemporáneo Arco, que se celebra anualmente en Madrid. Son pinturas, esculturas y fotografías 'representativas del arte nacional de vanguardia' que la fundación agrupa bajo cuatro grandes epígrafes: 'Lo inclasificable' -con obras de Carmen Calvo, Carlos Pazos o Alicia Martín-, 'lo reflexivo' -Susana Solano, Susy Gómez o Eulalia Valldosera-, 'lo figurativo' -Navarro Baldeweg, Francisco Leiro- y 'lo abstracto' -Ferrán García Sevilla o Uslé-.

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