OPINIÓN DEL LECTOR

De Pakistán a Argentina

No hace mucho, Rodrigo Rato, ministro de Economía, proponía a sus colegas europeos el 'alivio de la deuda' como gesto 'de respaldo y reconocimiento a los esfuerzos de algunos gobiernos' en el conflicto de Afganistán. El destinatario de la comprensión era Pakistán. El resultado es que el Club de París (club de países acreedores) va a aplicar una política más 'comprensiva y de alivio' de la deuda de Pakistán.

Ahora, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, ha viajado a Argentina para exigir al nuevo Gobierno un plan económico 'serio' y el 'respeto a las reglas de juego'. A la vez,...

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No hace mucho, Rodrigo Rato, ministro de Economía, proponía a sus colegas europeos el 'alivio de la deuda' como gesto 'de respaldo y reconocimiento a los esfuerzos de algunos gobiernos' en el conflicto de Afganistán. El destinatario de la comprensión era Pakistán. El resultado es que el Club de París (club de países acreedores) va a aplicar una política más 'comprensiva y de alivio' de la deuda de Pakistán.

Ahora, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, ha viajado a Argentina para exigir al nuevo Gobierno un plan económico 'serio' y el 'respeto a las reglas de juego'. A la vez, la UE recordó a Argentina la necesidad de 'asumir plenamente sus responsabilidades financieras internacionales' . En lenguaje más claro, Piqué y la UE han exigido a Argentina que pague escrupulosamente su deuda externa.

La deuda externa argentina fue una más de las tristes herencias de la dictadura militar. Ha engordado al calor de los planes de ajuste del FMI y del Banco Mundial. Argentina es hoy un país pobre y con sus recursos en manos de compañías extranjeras.

Con la guerra en Afganistán y la crisis argentina los ministros de Aznar nos han dado una prueba de la utilidad de la deuda externa. Es un elemento de chantaje. Sirve de premio y castigo. Premio a los militares de Pakistán por haber elegido el buen camino. Castigo al pueblo argentino, que al fin y al cabo a quién le importa su destino. Es necesario acabar ya con la deuda externa. Frente a quienes hacen de la deuda un elemento más de presión, hagamos de su abolición un elemento de justicia y solidaridad.

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