Tribuna:A DEBATE

Respetuoso e integrador

Respetuoso e integrador con el entorno. El pebetero diseñado por Albert Viaplana me gusta mucho. He aquí la primera razón por la que manifiesto mi apoyo a la iniciativa de instalar una escultura de estas características en el Fossar de las Moreres. Viaplana es un arquitecto de la máxima categoría y así se refleja en el pebetero que ha diseñado expresamente para este entorno. El pebetero es moderno, naturalmente, como todo lo que se puede hacer hoy, y tiene identidad propia. La obra de Viaplana es en este sentido de una simplicidad formal extraordinaria imposible de dañar sensibilidad alguna. E...

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Respetuoso e integrador con el entorno. El pebetero diseñado por Albert Viaplana me gusta mucho. He aquí la primera razón por la que manifiesto mi apoyo a la iniciativa de instalar una escultura de estas características en el Fossar de las Moreres. Viaplana es un arquitecto de la máxima categoría y así se refleja en el pebetero que ha diseñado expresamente para este entorno. El pebetero es moderno, naturalmente, como todo lo que se puede hacer hoy, y tiene identidad propia. La obra de Viaplana es en este sentido de una simplicidad formal extraordinaria imposible de dañar sensibilidad alguna. Este pebetero realza la belleza de la catedral. Realza los valores del gótico de Santa Maria del Mar, sin duda uno de los mejores góticos de España, y acentúa por contraste su percepción. Establece y fuerza un diálogo entre el gótico de Santa Maria del Mar y su entorno. Con su lenguaje, Viaplana ha conseguido una forma clara y diáfana integrando completamente esta pieza en el entorno. Un entorno que debe respetar la ambición ciudadana de lograr un espacio urbano que reúna valores simbólicos y arquitectónicos a su vez. El primer impacto visual que recibí del pebetero fue a través de la prensa. Ya entonces me interesó el proyecto y me acerqué al Fossar en cuanto supe que se había instalado. Entonces fue cuando comprobé que se trata de una obra sumamente respetuosa con el entorno, que ha buscado el diálogo de forma creativa no desgraciadamente como el muro de granito, llamativo y estridente, que separa el Fossar de la calle de Santa Maria. Viaplana ha sabido mantener el difícil equilibrio entre lo nuevo y lo viejo, entre lo histórico y lo contemporáneo. Está muy bien. Más aún si entendemos que la arquitectura -como dice él mismo- es una forma de conocimiento, no es sólo decoración sino que ha de dar fuerza a un espacio. Cada lugar tiene su propia arquitectura y sólo se llega a renovar realmente con la nueva arquitectura y Viaplana lo ha hecho posible.

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Federico Correa es arquitecto.

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