El Pentágono no entregará a los milicianos de Al Qaeda si se rinden

Los servicios de inteligencia de EE UU quieren controlar a los presos

El Pentágono se dispone a hacerse cargo de cientos de prisioneros en Tora Bora. Los milicianos de Al Qaeda que resisten aún en las montañas del este de Afganistán, quizá dirigidos por el propio Osama Bin Laden, no serán entregados a las fuerzas locales si se rinden, como se había hecho hasta ahora. Los servicios de inteligencia estadounidenses quieren controlar a los prisioneros, entre los que podría haber altos dirigentes de Al Qaeda.

La aviación lanzó durante la noche del pasado viernes y el sábado durísimos bombardeos sobre las cada vez más reducidas bolsas de resistencia en Tora Bor...

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El Pentágono se dispone a hacerse cargo de cientos de prisioneros en Tora Bora. Los milicianos de Al Qaeda que resisten aún en las montañas del este de Afganistán, quizá dirigidos por el propio Osama Bin Laden, no serán entregados a las fuerzas locales si se rinden, como se había hecho hasta ahora. Los servicios de inteligencia estadounidenses quieren controlar a los prisioneros, entre los que podría haber altos dirigentes de Al Qaeda.

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La aviación lanzó durante la noche del pasado viernes y el sábado durísimos bombardeos sobre las cada vez más reducidas bolsas de resistencia en Tora Bora, en las que se calcula que combaten entre 300 y un millar de milicianos, entre los que abundan los chechenos.

Los grupos afganos aliados de Estados Unidos, acompañados por un centenar de soldados de élite norteamericanos y británicos, avanzaron el viernes más de dos kilómetros hacia los últimos reductos de Al Qaeda, encajonados en dos valles. El jefe militar de la Operación Libertad Duradera, general Tommy Franks, anunció que una veintena de milicianos habían resultado muertos y unos 50 se habían rendido.

El frío dificultó ayer los avances por tierra y el Ejército estadounidense optó por proseguir con los bombardeos, utilizando ocasionalmente las masivas bombas de más de una tonelada llamadas cortamargaritas, y completar los preparativos para la toma de prisioneros.

El aeropuerto de Kandahar fue tomado por los marines y, tras una reparación somera, fue declarado utilizable por la aviación militar. En las dependencias del aeropuerto se habilitó un recinto capaz de albergar a unos 300 futuros prisioneros. En la base de Fort Rhino, instalada por los marines cerca de Kandahar, se creó también una prisión de emergencia.

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John Walker, el joven talibán estadounidense detenido en Mazar-i-Sharif y encarcelado hasta ayer en un contenedor en Fort Rhino, fue enviado el viernes pasado a un barco de guerra, sin que su situación legal y las acusaciones contra él estuvieran aún decididas.

'Quienes se rindan serán trasladados al aeropuerto de Kandahar o a Fort Rhino para ser interrogados; también podemos transportar a algunas personas a uno de nuestros buques en la región', explicó el general Franks, quien se negó a detallar los planes para el supuesto de que Osama Bin Laden, cuya presencia en Tora Bora es considerada 'muy posible' por los servicios de inteligencia, formara parte de los prisioneros. 'Hay un plan por si se concretara esa hipótesis, pero no lo haremos público', manifestó Franks.

Presión hasta el fin

El general en jefe de la operación aseguró que los resistentes de Al Qaeda estaban quedándose sin municiones, sin agua y sin alimentos, y tenían que soportar unas temperaturas cada vez más bajas. 'Podemos esperar mucho más tiempo que ellos, y mantendremos la presión hasta el fin', aseguró.

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