Jan Fabre utiliza 15.000 escarabajos en su homenaje a la muerte

El artista belga expone en Madrid tres instalaciones escultóricas

El artista multidisciplinar Jan Fabre (Amberes, Bélgica, 1958), que utiliza para sus creaciones diseños, esculturas, instalaciones, coreografías, textos y montajes escénicos y que constantemente inventa performances, expone tres de sus conocidas instalaciones por primera vez en España, en la galería Espacio Mínimo, de Madrid. Son un homenaje a la muerte, a la metamorfosis, en las que se han utilizado 15.000 escarabajos.

En la exposición, que podrá visitarse hasta el 19 de enero de 2002, Jan Fabre ofrece un pequeño recorrido por tres espacios diferentes en los que se sitúan sus ob...

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El artista multidisciplinar Jan Fabre (Amberes, Bélgica, 1958), que utiliza para sus creaciones diseños, esculturas, instalaciones, coreografías, textos y montajes escénicos y que constantemente inventa performances, expone tres de sus conocidas instalaciones por primera vez en España, en la galería Espacio Mínimo, de Madrid. Son un homenaje a la muerte, a la metamorfosis, en las que se han utilizado 15.000 escarabajos.

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En la exposición, que podrá visitarse hasta el 19 de enero de 2002, Jan Fabre ofrece un pequeño recorrido por tres espacios diferentes en los que se sitúan sus obras Baño, Cama y una instalación de marcado carácter ritual (similar a la que expuso en la última Bienal de Valencia). En esta última se muestran 13 calaveras humanas, recubiertas de caparazones de escarabajos y con animales muertos entre sus maxilares, distribuidas entre 39 cruces o espadas (según estén colocadas boca arriba o boca abajo) con unos largos apéndices recubiertos con cuerpos de escarabajos.

En total, la exposición cuenta con unos 15.000 escarabajos, animales que han fascinado desde siempre a Fabre. Los consigue acumular en cantidades grandes no sólo por su afán coleccionista, sino también a base de intercambios con universidades y entomólogos. Cuando se le habla de que estos coleópteros no tienen aspecto agradable, dice: 'El escarabajo no es feo, es un insecto, con la misma belleza que un humano, porque es vida'.

Fabre reconoce que su primer laboratorio fue el jardín familiar, donde se creía un Dr. Frankestein porque creaba nuevos seres: 'Cogía gusanos y les ponía alas, experimentaba con animales, observaba todo una y otra vez, estaba fascinado por la vida, y de ahí arranca parte de mi trabajo, que está basado en la idea de cambio y de metamorfosis'. Como contrapunto a esa fascinación por la vida, Fabre realiza creaciones plásticas y escultóricas que en esencia son un homenaje a la muerte: 'La muerte como respeto hacia la vida'.

Edad Media

De hecho, el artista señala que la exposición que ahora muestra, y también vende, en la galería Espacio Mínimo (Dr. Fourquet, 17), es un ejercicio que gira en torno a la desaparición, al hecho de dejar de existir: 'Vivimos en una sociedad en la que no queremos ver la muerte, entre otras cosas porque hay una obsesión por ser jóvenes y dinámicos y olvidar el memento morir', dice Fabre, que afirma que todo su trabajo gira en torno a la Edad Media: 'Soy un artista medieval y mis grandes maestros son los flamencos Van Eyck y Hans Baldung Grien'.

Los tres lugares que recorre la instalación están basados, según su creador, en la idea de tumba, como homenaje a la vida; la idea de baño, como ejercicio de limpieza mental y física, y la idea de cama, como objeto en el que soñamos, trabajamos y es una especie de hermano menor de la tumba: 'En los tres lugares uno se metamorfosea'. Como fondo de esta creación, el escarabajo, convertido en la obra de Fabre en mensajero en el sentido griego del término: 'El insecto como ángel de la metamorfosis'.

Instalación con cruces y calaveras recubiertas de caparacones d escarabajos, de Jan Fabre.SANTI BURGOS
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