Mueren seis palestinos en un ataque militar en Gaza tras el asalto a una colonia judía

Sharon concede a Arafat un plazo suplementario de 96 horas para que aplique la tregua

El Ejército de Israel bombardeó ayer durante dos horas el norte de Gaza, causando seis muertos, en represalia por el ataque perpetrado la noche anterior por un comando de Hamás contra el asentamiento judío de Elai Sinaí, en el que murieron dos jóvenes y fueron abatidos los asaltantes. Aunque el asalto contra los colonos y la operación de castigo militar han hecho desvanecer las últimas esperanzas de pacificación, ninguna de las partes quiere certificar la defunción de la tregua decretada hace tres semanas en la zona bajo la tutela de Estados Unidos y la Unión Europea.

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El Ejército de Israel bombardeó ayer durante dos horas el norte de Gaza, causando seis muertos, en represalia por el ataque perpetrado la noche anterior por un comando de Hamás contra el asentamiento judío de Elai Sinaí, en el que murieron dos jóvenes y fueron abatidos los asaltantes. Aunque el asalto contra los colonos y la operación de castigo militar han hecho desvanecer las últimas esperanzas de pacificación, ninguna de las partes quiere certificar la defunción de la tregua decretada hace tres semanas en la zona bajo la tutela de Estados Unidos y la Unión Europea.

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El ataque israelí se desencadenó cuando apenas se habían cumplido diez horas del asalto del asentamiento de Elai Sinaí. Los tanques, la artillería y los helicópteros de combate Apache se concentraron sobre el pueblo de Beit Lahia, en las cercanías del enclave judío. Los habitantes, presas del pánico, salieron de sus casas y huyeron buscando protección en los suburbios de la capital de Gaza.

El bombardeo de los obuses protegió la incursión posterior de un grupo de excavadoras y de vehículos blindados que limpiaron con precisión los alrededores del asentamiento atacado, mientras otra escuadrilla de helicópteros de combate sobrevolaba y vigilaba el terreno. En la operación participaron también unidades navales israelíes que, transportadas en lanchas rápidas de goma, desembarcaron en las playas de Sudania y Beit Lahia. Nunca en Gaza se habían concentrado en los últimos años tantos soldados israelíes.

En la operación se destruyeron al menos seis puestos de la policía palestina, diversas casas, algunas granjas y numerosas plantaciones. El ataque causó la muerte de cuatro miembros de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina y de dos granjeros. Otros cuatro civiles resultaron heridos.

Los mandos del Ejército israelí anunciaron ayer tras el fin de la operación que tomaban posesión de la zona atacada, convirtiéndola en territorio conquistado. Se configura así un cinturón de hierro que servirá de ahora en adelante de protección para los cuatro asentamientos situados al norte de la banda de Gaza: Erez, Alei Sinaí, Dugit y Nissanit, en los que viven más de doscientas familias.

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Aunque el asalto al asentamiento y la posterior operación de represalia suponen de hecho el fin de la tregua pactada por israelíes y palestinos hace tres semanas, ninguna de las partes quiere asumir la responsabilidad de certificar la defunción del alto el fuego. Las presiones diplomáticas de la Casa Blanca obligaron ayer además a Ariel Sharon a hacer un gesto de generosidad hacia Yasir Arafat: un plazo suplementario de 96 horas para que aplique la tregua, olvidando el ultimátum, que expiró el martes por la noche.

Todas las señales de alarma de Israel se encuentran activadas. La población permanecía ayer por la tarde encerrada en sus casas celebrando el segundo día del Sucot -la fiesta religiosa del Tabernáculo-, que dura una semana. Los accesos a los territorios palestinos se encuentran herméticamente cerrados y los controles en las carreteras a las zonas autónomas se han multiplicado. Sólo en los 10 kilómetros que separan Jerusalén de Ramala existen ahora cinco puestos de control. Un viaje que normalmente se hace en 20 minutos, supuso ayer un calvario de más de dos horas.

En medio de esta tensión, la guerrilla islamista libanesa de Hezbolá lanzó ayer una oleada de obuses de mortero contra las granjas de Chebaa, al norte de Israel. La operación tenía dos objetivos: recordar a Sharon que su repliegue del sur de Líbano aún no se ha completado y apoyar la lucha del pueblo palestino. La guerra verbal también ha estallado con toda virulencia. El Gobierno israelí acusa a Arafat de estar detrás de la operación contra el asentamiento de Elai Sinaí. El presidente palestino lo ha desmentido, ha pedido la protección internacional y ha señalado con el dedo acusador al brazo armado de Hamás, las Brigadas de Ezzedine al Qassam, que horas antes habían reivindicado en un comunicado el asalto.

Feligreses judíos se lanzan al suelo durante el tiroteo, provocado por pistoleros palestinos, en la ciudad de Hebrón (Gaza).REUTERS

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