El cineasta Wim Wenders exhibe en Berlín sus fotos despobladas

Paisajes que evocan el título de una novela latinoamericana -El mundo es ancho y ajeno-, desoladas estampas urbanas de las entrañas estadounidenses que recuerdan los cuadros de Edward Hopper, y contados, contadísimos seres humanos, son los tres principales temas fotográficos de la exposición que director de cine alemán Wim Wenders, ha instalado en Berlín bajo el título de Imágenes de la superficie de la tierra.

El creador de películas como El cielo sobre Berlín, París,Tejas, y Buenavista Social Club carga consigo desde hace 20 años con una pesada cámara panor...

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Paisajes que evocan el título de una novela latinoamericana -El mundo es ancho y ajeno-, desoladas estampas urbanas de las entrañas estadounidenses que recuerdan los cuadros de Edward Hopper, y contados, contadísimos seres humanos, son los tres principales temas fotográficos de la exposición que director de cine alemán Wim Wenders, ha instalado en Berlín bajo el título de Imágenes de la superficie de la tierra.

El creador de películas como El cielo sobre Berlín, París,Tejas, y Buenavista Social Club carga consigo desde hace 20 años con una pesada cámara panorámica que le permite captar imágenes de gran formato. 'Siempre había querido mostrarlas como debe ser', señala, tras explicar que la sala de exposiciones de la antigua estación ferroviaria Hamburger Bahnhof quedó pequeña para albergar las 50 fotografías escogidas originalmente.

Tras una última criba a cargo del mismo Wenders, al final quedaron 34 imágenes. Sus dimensiones -4,50 por 1,80 metros, en algunos casos- casi que obligan al visitante a adentrarse en remotos paisajes y rincones de Estados Unidos, Australia, Cuba, Japón, Israel y Alemania. Con una estilización que incluso vuelve atractivo un vertedero en las afueras de Jerusalén, y mucha atención puesta sobre el trazado de las líneas y la composición de los colores, Wenders, de 56 años, una vez más demuestra su aguda sensibilidad visual.

Retratos

Armado de su potente cámara, suele tomar sus retratos sin trípode, de pie y frontalmente: 'Cómo fotógrafo, más que narrador, soy oyente', señala. 'Intento desaparecer al máximo detrás de la cámara y quizá por eso prefiero las grandes panorámicas'. Y las estampas sin seres humanos, desde luego: 'Es bello que haya lugares que tengan carácter suficiente para contar una historia', explica. La exposición permanecerá en Berlín hasta el 4 de noviembre y, posiblemente, se trasladará también a Madrid o Barcelona.

En parte, como sucedió antes del rodaje de París, Tejas, a mediados de los años ochenta, Wenders explora fotográficamente la luz, los colores y los ambientes que luego capturará para la pantalla grande. En Imágenes de la superficie de la tierra, un cementerio en Montana y un campo de trigo con los Rocky Mountains de fondo anuncian el actual proyecto, una 'epopeya familiar estadounidense', cuyo guión Wenders está preparando con el dramaturgo Sam Shepard. El omnipresente gran angular presagia además la ambición de rodar algún día una película para pantalla gigante Imax. 'Tengo en mente una película sobre Berlín, pero la financiación aún no está asegurada', ha declarado.

Al mismo tiempo, las imágenes fijas de Wenders están lejos de subordinarse al séptimo arte. Por el contrario, el director de cine se ve atraído por la independencia inherente al oficio fotográfico y la posibilidad de que 'cada imagen termine de contar una historia'.

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