El crecimiento económico se desacelera por cuarto trimestre consecutivo y cae hasta el 3%

La inversión se recupera por la obra pública y la afloración de dinero negro ante el euro

La economía española acumula ya un año de suave desaceleración. El pasado segundo trimestre, el crecimiento se redujo al 3%, desde el 3,3% anterior y 1,3 puntos por debajo de hace un año. A pesar de la inmigración, el empleo se ha resentido y baja su ritmo de aumento hasta el 2,6%. El consumo se frena pero la inversión se recupera, gracias a la obra pública y a la afloración de dinero negro ante la llegada del euro. El refugio es el sector de la construcción, verdadero motor de la economía en los últimos meses. El sector exterior ha empeorado como consecuencia de la crisis internacional...

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La economía española acumula ya un año de suave desaceleración. El pasado segundo trimestre, el crecimiento se redujo al 3%, desde el 3,3% anterior y 1,3 puntos por debajo de hace un año. A pesar de la inmigración, el empleo se ha resentido y baja su ritmo de aumento hasta el 2,6%. El consumo se frena pero la inversión se recupera, gracias a la obra pública y a la afloración de dinero negro ante la llegada del euro. El refugio es el sector de la construcción, verdadero motor de la economía en los últimos meses. El sector exterior ha empeorado como consecuencia de la crisis internacional.

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Los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que, al menos hasta la mitad de este año, la economía española aguanta bien el clima recesivo mundial. El 3% de crecimiento en el segundo trimestre supera la media de los países del euro para el mismo periodo (1,7%), y se compara bien con los resultados de Alemania (0,6%), Francia (2,3%) o Italia (2%).

La tendencia española es, en cualquier caso, a la baja ya desde hace un año. En los últimos cuatro trimestres el retroceso ha sido constante aunque no brusco en los datos de ciclotendencia, que consisten en limar las oscilaciones. En términos brutos, que reflejan más exactamente la realidad, resulta que la economía española crece ahora (2,7%) a un ritmo sensiblemente inferior al de hace un año (4,3%).

Se mire como se mire, la desaceleración está ahí, y el Gobierno así lo ha admitido al revisar a la baja en julio pasado sus previsiones para la media del año, hasta el 3%, frente al 4,1% de 2000. Los expertos consultados estiman entre un 2,5% y un 2,7%, lo que implicaría que la caída en la segunda mitad del año puede ser bastante considerable. Al clima de crisis que se vivía previamente al atentado terrorista en EE UU, se une ahora el ambiente de incertidumbre general y las fuertes caídas en Bolsa.

Aun así, el secretario de Estado de Economía, José Folgado, reiteró ayer que el Gobierno no va a modificar nuevamente sus previsiones, ni para este año ni para el próximo. La principal incógnita de puertas adentro es si, una vez que se pase el efecto euro o afloración de dinero hasta ahora oculto a Hacienda, la actividad se puede mantener el año que viene. El Gobierno prevé una desaceleración de apenas una décima (2,9%) para 2002.

Los expertos consultados no dudan en achacar a este fenómeno buena parte del relativo buen tono que la economía española ha mantenido durante la primera mitad del año. Se refleja en el sector de la construcción con un 5,8% de crecimiento en el segundo trimestre (cuatro décimas más que en el primero), favorecido también por el aumento de la obra pública. La inversión en su conjunto también se acelera (3,7%), un dato que los expertos ponen un poco en duda después de que la producción industrial había acumulado en julio seis meses de tasas negativas.

Tampoco parece muy coherente la caída del consumo que da el INE (del 2,8% al 2,5%) si se tienen en cuenta los datos de aumento de la compra de coches (un 9% en julio) o de las importaciones de bienes de consumo (15,8% en el segundo trimestre). El sector exterior reduce su aportación positiva a una décima, frente a las cuatro del trimestre anterior, como la consecuencia más directa de la crisis internacional.

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