OPINIÓN DEL LECTOR

La Iglesia católica española no cambia

Me diagnosticaron que era diabético en 1985. Estuve ingresado 13 días en el hospital Infanta Elena de Huelva. Desde entonces he deseado con todas mis fuerzas dejar de ser dependiente de la insulina inyectada. Cada noticia que aparece sobre las investigaciones que llevan a cabo los científicos y que pueden curar la diabetes las recibo con toda mi ilusión.

Resulta que un científico español, Bernat Soria, descubre que de embriones humanos se pueden extraer las llamadas células madres que según los estudios pertinentes servirán para terminar con un buen montón de enfermedades que hoy día no...

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Me diagnosticaron que era diabético en 1985. Estuve ingresado 13 días en el hospital Infanta Elena de Huelva. Desde entonces he deseado con todas mis fuerzas dejar de ser dependiente de la insulina inyectada. Cada noticia que aparece sobre las investigaciones que llevan a cabo los científicos y que pueden curar la diabetes las recibo con toda mi ilusión.

Resulta que un científico español, Bernat Soria, descubre que de embriones humanos se pueden extraer las llamadas células madres que según los estudios pertinentes servirán para terminar con un buen montón de enfermedades que hoy día no tienen soluciones curables. Entre ellas la diabetes.

Cuando leo la noticia me produce una alegría inmensa. La posibilidad de dejar de ser diabético es tan ansiada por mí, que no dudaría ni un momento, en aceptar cualquier cosa que acabara definitivamente con mi enfermedad. Supongo que mis colegas diabéticos estarían dispuestos a lo mismo.

Pero mira por donde sale la Iglesia católica española diciendo que no están de acuerdo con la utilización de embriones humanos para experimentos aunque estos conduzcan a terminar con enfermedades incurables. Como se suele decir coloquialmente, la Iglesia no cambia ni pa Dios.

Se posicionan contrarios al divorcio y a la separación matrimonial, aunque las parejas en cuestión estén conviviendo sin respeto, ni les una nada. Dicen que disfrutar de opciones sexuales distintas y fuera del matrimonio entre hombre y mujer, es moralmente rechazable, a sabiendas de que bastantes miembros de la propia Iglesia practican lo que les apetece y hacen bien. Se pronuncian a favor de la vida, pero al juzgar por sus hechos y manifestaciones, la respetan poco. Desaprueban el derecho de las personas a decidir sobre si quieren seguir o no viviendo, cuando la vida ya no les da ni le ofrece nada por lo que seguir en este mundo...

Ahora hacen lo propio con las células madres extraídas de embriones humanos, porque dicen que en esos embriones hay vida humana y su utilización seria ir contra Dios y sus principios.

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Hay constancia que en las clínicas españolas de fertilización asistida existen 30.000 embriones humanos congelados, sin poder ser aprovechados para investigar y avanzar en la curación de enfermedades. Si hacemos caso a los argumentos de la Iglesia, tenemos en los congeladores 30.000 vidas inservibles. Vaya disparate.

Me imagino que el Señor será más realista y sobre todo más sensible y sensato que los portavoces de la Iglesia católica española. Hace falta estar cero en sensibilidad y en defensa de la vida real para oponerse a que embriones humanos sirvan para curar o proteger al 25% de la población mundial que según las estadísticas son diabéticos, aunque una parte de ellos no lo sepan o no hayan descubierto aún su enfermedad.

Más lógico y razonable sería que la Iglesia española se posicionara clara y contundentemente para que los avances científicos, y por tanto la solución a las enfermedades, estuviera al alcance de todos los seres humanos y no sólo para disfrute de unos cuantos.

Mis más profundas felicitaciones a Bernat Soria, por sus trabajos y por su descubrimiento, deseando que pronto presente sus investigaciones de forma positiva en humanos, porque indudablemente habrá hecho mucho por una importante porción de gente de este planeta y eso será digno de reconocimiento mundial, aunque a los representantes de la Iglesia católica española no les parezca bien. Peor para ellos.

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