Reportaje:

Un mes de papeleos y confusión

La regularización de los inmigrantes de la Comunidad apenas ha avanzado 30 días después del acuerdo

ONG y sindicatos colapsados, oficinas de extranjería atascadas y varios millares de inmigrantes desesperados. Así está el panorama cuando se cumple un mes del acuerdo que alcanzó la Delegación del Gobierno con la Mesa de Entidades de Solidaridad con los Inmigrantes y la Coordinadora de Asociaciones de Inmigrantes de Valencia, merced al cual la Administración documentará a todas aquellas personas que acrediten haber llegado a la Comunidad antes del 23 de enero y dispongan de una oferta firme de empleo.

¿Demasiado papeleo?, ¿falta de personal? Este proceso lento e imprevisible y repleto d...

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ONG y sindicatos colapsados, oficinas de extranjería atascadas y varios millares de inmigrantes desesperados. Así está el panorama cuando se cumple un mes del acuerdo que alcanzó la Delegación del Gobierno con la Mesa de Entidades de Solidaridad con los Inmigrantes y la Coordinadora de Asociaciones de Inmigrantes de Valencia, merced al cual la Administración documentará a todas aquellas personas que acrediten haber llegado a la Comunidad antes del 23 de enero y dispongan de una oferta firme de empleo.

¿Demasiado papeleo?, ¿falta de personal? Este proceso lento e imprevisible y repleto de obstáculos ha puesto en entredicho la capacidad burocrática de la Administración que, para sortear la avalancha de solicitudes, no tuvo otro remedio que descargar trabajo entre sindicatos y ONG.

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El caso de Rocío del Pilar, una colombiana que se ha acogido a este acuerdo para regularizar su situación en España, es un botón de muestra de la crudeza con la que se desarrolla el proceso. Entró en Europa a través del aeropuerto de Francfort (Alemania) y su primera sensación fue de pánico: 'Unos policías enormes me detuvieron, porque decían que venía a prostituirme'. Había dejado a su hijo de nueve años con su padres en Cali (Colombia), porque 'una oía allá que aquí [en España] se estaba muy bien y se ganaba buen dinero', y llegó a Alicante, donde hace un mes y medio dio a la luz a su hijo Edwin en el Hospital General de esa ciudad, un centro que Rocío conocía bien porque en él fue operada antes de quedar embarazada. 'Me atendieron muy bien', dice agradecida. Y también a Edwin, que nació 'con un riñón más grande que otro'.

Pero ahora no le atienden 'el nene, porque no tiene el carné de Sanidad'. Salió del hospital e inició una carrera plena de obstáculos para que a su hijo le asignaran un pediatra, porque los médicos le dijeron que el bebé necesitaba tratamiento y seguimiento. Le pidieron que fuera a la policía a por un certificado de convivencia, luego la enviaron a Hacienda, después a la Seguridad Social y más tarde al Inem. Y entretanto, peregrinaba por los centros de salud buscando un pediatra que tratara la enfermedad de Edwin.

La cita en uno de ellos, el de la plaza de la Santísima Faz de Alicante, fue el pasado jueves. La atiende correctamente la trabajadora social del centro, una señora muy profesional que rezuma ternura. Se interesa por sus condiciones de vida, le dice que Edwin es muy guapo y le endosa un puñado de papeles. Rocío los mira y los guarda en una carpeta en la que ya no caben más papeles. 'Más papeles', exclama. Son formularios interminables, requisitos indispensables para que a Edwin le asignen un pediatra.

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Edwin recayó el viernes y ahora está ingresado en el hospital. Su padre pasó la otra noche en vela, haciendo cola ante la Oficina de Extranjeros de Alicante para completar formulismos. Durante la madrugada sólo había unas 15 personas por delante de él. 'Hoy conseguiré entrar', pensaba. Pero poco antes de que abriera la Oficina un nutrido grupo de inmigrantes se le adelantó. Habían pagado 10.000 pesetas cada uno de ellos por la reserva en la cola. ¿A quién? Sólo ellos lo saben.

El nuevo proceso de regularización ha levantado tantas expectativas en Alicante que la Oficina de Extranjeros de esta ciudad se encuentra totalmente colapsada. La escasa información, en unos casos, y la falta de compresión, en otros, está originando el masivo desplazamiento a Alicante de inmigrantes de otras regiones españolas, con la falsa creencia de que en esta ciudad pueden obtener los papeles que les permitan residir legalmente en España.

Lo que le ocurrió al padre de Edwin en la cola de la Oficina ha sido denunciado por el Colectivo de Inmigrantes de Alicante: 'Hay mafias que cobran a los inmigrantes por regularizar su situación'. La tramitación es gratuita y de ella se ocupan los sindicatos y las ONG, dijo el portavoz del colectivo, quien reclama a la Administración que suministre más información para evitar los engaños.

El colectivo de inmigrantes de Alicante sostiene que el acuerdo con la Delegación del Gobierno fue 'un primer paso' en su 'lucha' por la regularización de los extranjeros, pero no esconde su preocupación por la dilación del proceso y las dificultades que entraña el mismo. El ecuatoriano José Cedeño, uno de los portavoces del colectivo, reclamó ayer a la Administración que simplifique los trámites e informe correctamente a los inmigrantes para evitar las colas inútiles. La Administración ha convocado el día 22 una reunión con sindicatos y ONG para evaluar la marcha del proceso. Quizá para entonces Edwin ya tenga pediatra.

Rocío del Pilar, con su hijo Edwin en brazos, a las puertas de un centro sanitario de Alicante.PEP GARCIA
Inmigrantes, la semana pasada en la cola ante la Delegación del Gobierno en Valencia.CARLES FRANCESC

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