ENTREGA DEL IV PREMIO ALFAGUARA DE NOVELA

Elena Poniatowska recibe el IV Premio Alfaguara de novela

Polanco entrega el galardón a la escritora mexicana y resalta la universalidad del español

Llamó tonto al ministro que prohibió libros de Carlos Fuentes y de Gabriel García Márquez en algunas escuelas mexicanas, y se describió a sí misma en Madrid, ciudad nueva para ella, concediendo entrevistas sin parar, como 'una cucaracha fumigada'. La escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska (París, 1932) se ganó ayer al público en la entrega del IV Premio Alfaguara de Novela. La celebración del Grupo Santillana se convirtió en la fiesta de la comunidad hispánica de la lengua. Representantes de esa comunidad lingüística, que Fuentes definió como 'el territorio de La Mancha', enviaron 4...

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Llamó tonto al ministro que prohibió libros de Carlos Fuentes y de Gabriel García Márquez en algunas escuelas mexicanas, y se describió a sí misma en Madrid, ciudad nueva para ella, concediendo entrevistas sin parar, como 'una cucaracha fumigada'. La escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska (París, 1932) se ganó ayer al público en la entrega del IV Premio Alfaguara de Novela. La celebración del Grupo Santillana se convirtió en la fiesta de la comunidad hispánica de la lengua. Representantes de esa comunidad lingüística, que Fuentes definió como 'el territorio de La Mancha', enviaron 496 manuscritos al concurso y ayer arroparon a la ganadora del premio.

Jesús de Polanco, presidente del Grupo Santillana, resaltó el valor de la lengua y la capacidad de la literatura para explicar el mundo. Poniatowska, que perdió la libreta donde tenía apuntado su discurso, describió La piel del cielo como la novela de un científico que escoge la ciencia en un país donde la ciencia no existe. Optar por lo que se cree, aunque no se deba, tiene algo de quijotesco. Poniatowska demostró ayer que los personajes que crea no le son del todo ajenos. La escritora se presentó con un recorte de un periódico donde se informaba de la aprobación por parte del Senado mexicano de un proyecto para modificar la Constitución incluyendo los derechos de los indígenas. Tras la lectura del titular, la narradora, que lleva 50 años compaginando periodismo y literatura, contó por qué la apartaron de la información política: 'Solía preguntar a los políticos acusados de corrupción si era verdad que eran ladrones'.

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Poniatowska, que lucía un collar y pendientes de perlas, no se casa ni con la derecha ni con la izquierda. Su trabajo periodístico y su literatura la han situado del lado de los desfavorecidos. 'Tengo una inclinación natural hacia ciertas causas; en 1959 entrevisté a los ferroviarios encarcelados; en 1968 hablé del movimiento estudiantil y de la matanza de más de 200 personas en la Plaza de las Tres Culturas; en 1985, con ocasión del terremoto, acusé al Gobierno de descuido y corrupción porque se derrumbaron los hospitales, y ahora estoy interesada en el movimiento zapatista. Me parece muy importante que una guerrilla deje sus armas para marchar sobre la ciudad más grande del mundo y plantear sus reivindicaciones'.

Tras esa declaración de principios, la autora de Tinísima, una novela dedicada a la fotógrafa Tina Modotti, que militó en el bando republicano durante la guerra civil española, habló de la melancolía que embarga al protagonista de La piel del cielo. 'Consigue un gran conocimiento del Universo, pero fracasa su mundo interior. Todos tenemos un fondo de tristeza por lo que no logramos, un lugar donde los pensamientos duelen mucho, y eso es parte también de la vida de un científico'.

Demasiado texto

En las crónicas o en las novelas, Poniatowska siempre se pasa de texto. La novela ganadora del Premio Alfaguara pasaba de las 800 páginas antes de que ella metiera la tijera y la dejara en la mitad. 'No me enamoro nunca de lo que escribo. Tengo una gran facilidad para cortarme'.

Poniatowska estaba precisamente dándole vueltas al manuscrito que había enviado al IV Premio Alfagura de Novela, el primero al que se presenta en su larga carrera como narradora, cuando recibió la llamada de Antonio Muñoz Molina comunicándole que había obtenido el premio, dotado con 175.000 dólares, unos 25 millones de pesetas. 'Nunca pensé ganar. Concursé con una gran inseguridad. No quería ni dar mi nombre, por eso recurrí al seudónimo de Dumbo', dijo.

Junto a los personajes centrales de la novela, en La piel del cielo, un homenaje en parte a su marido, el científico mexicano Guillermo Haro, se mueven personajes reales como José Revueltas, un dirigente comunista, y Narciso Basals, un ministro mexicano que ayudó a los republicanos españoles a abandonar España en barco y refugiarse en México.

Jesús de Polanco y la autora mexicana Elena Poniatowska, ayer en Madrid durante la entrega del IV Premio Alfaguara de Novela.ULY MARTÍN

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