Reportaje:

Doctores en naturaleza

Un programa reúne a doctorados de ocho universidades para promover la formación de expertos en Educación Ambiental

Ocho universidades han reunido en medio de los pinares de la localidad de Valsaín (Segovia), situados cerca de La Granja, a sus estudiantes de doctorado en Educación Ambiental. Se trata de un pionero programa interdisciplinar que tiene el doble objetivo de promover la formación de nuevos profesionales en este campo y poner en contacto a los alumnos de los distintos centros.

Los 30 licenciados que han participado en esta primera experiencia, en la que colabora el Ministerio de Medio Ambiente, tienen entre 25 y 40 años, durmieron en una cabaña y recibieron las clases en las aulas del Cent...

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Ocho universidades han reunido en medio de los pinares de la localidad de Valsaín (Segovia), situados cerca de La Granja, a sus estudiantes de doctorado en Educación Ambiental. Se trata de un pionero programa interdisciplinar que tiene el doble objetivo de promover la formación de nuevos profesionales en este campo y poner en contacto a los alumnos de los distintos centros.

Los 30 licenciados que han participado en esta primera experiencia, en la que colabora el Ministerio de Medio Ambiente, tienen entre 25 y 40 años, durmieron en una cabaña y recibieron las clases en las aulas del Centro Nacional de Educación en la Naturaleza. En esta primera fase del programa, que dura 15 días, se imparten las asignaturas obligatorias del doctorado. Posteriormente, realizarán los trabajos a distancia y el próximo mes de julio los alumnos volverán a Valsaín para estudiar las materias optativas.

El coordinador del doctorado y profesor de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid, Javier Benayas, destaca la novedad de que se hayan sumado los esfuerzos de ocho universidades muy distantes entre sí: Autónoma de Barcelona, Autónoma de Madrid, Girona, Islas Baleares, La Laguna, Santiago de Compostela, Sevilla y Valencia. Hasta ahora, los doctores en Educación Ambiental habían hecho su trabajo de investigación dentro de otros programas más genéricos y la única forma de crear uno específico era reuniéndolos y poniendo a trabajar con ellos un grupo de profesores especialistas.

Según Benayas, en los últimos años, la educación ambiental ha mejorado mucho, y un dato que lo refleja es que el conjunto de las administraciones invierten unos 10.000 millones de pesetas al año en programas de este tipo. Aun así, añade el coordinador, 'se necesitaba una mayor apuesta por crear especialistas que tengan una formación de calidad'.

Óscar Cid, miembro de un equipo educativo del campo de aprendizaje del delta del Ebro y uno de los alumnos más veteranos, dice que esta iniciativa le permite compatibilizar su profesión y el doctorado con ciertas garantías. De otra manera habría tenido dificultades para obtenerlo. En una situación parecida están otros de sus compañeros como Javier Asín, responsable del área de Educación Ambiental del Gobierno de Navarra; Patricia Callaghan, que trabaja para la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Valencia, y Olga Ibarmia, destinada en el parque de Polvoranca de la Consejería de Medio Ambiente de Madrid.

Javier Asín recuerda que este proyecto ha surgido en un momento muy oportuno, cuando el Libro Blanco de la educación ambiental en España acaba de recomendar que se potencien los estudios universitarios y la investigación sobre educación ambiental.

Durante la inauguración del programa, la secretaria general de Medio Ambiente, Carmen Martorell, señaló que este proyecto refleja la importancia que está tomando en España la formación sobre el medio ambiente. Martorell adquirió el compromiso de prestar toda la colaboración posible para fomentar y mantener este programa y que se abra en próximas ediciones a la participación de más universidades.

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