Tribuna:EURO

Problemas de medida

COYUNTURA INTERNACIONAL

Los problemas de las empresas relacionadas con las tecnologías de la información (TIs) han hecho caer en desgracia a la nueva economía. Sin embargo, mientras en EE UU se cuestiona este fenómeno, en Europa no hay tal debate. Nadie pone en duda que las economías a este lado del Atlántico distan de mostrar la evolución registrada por EE UU en los últimos cinco años. Sin embargo, esta diferencia podría matizarse en parte por los sistemas estadísticos utilizados. En EE UU los precios del hardware y de parte del software se corrigen mediante un 'aj...

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COYUNTURA INTERNACIONAL

Los problemas de las empresas relacionadas con las tecnologías de la información (TIs) han hecho caer en desgracia a la nueva economía. Sin embargo, mientras en EE UU se cuestiona este fenómeno, en Europa no hay tal debate. Nadie pone en duda que las economías a este lado del Atlántico distan de mostrar la evolución registrada por EE UU en los últimos cinco años. Sin embargo, esta diferencia podría matizarse en parte por los sistemas estadísticos utilizados. En EE UU los precios del hardware y de parte del software se corrigen mediante un 'ajuste hedónico'. Esta metodología permite obtener el precio de cada una de las características de un determinado bien (velocidad o memoria en el caso de un ordenador), estimando el precio total del producto como la suma de lo que vale cada una de sus características. De esta forma, las estadísticas oficiales recogen una reducción de los precios más intensa que la observada. Esto es, para un mismo crecimiento nominal de una variable, el crecimiento real es más alto. El típico ejemplo es el de los ordenadores: un equipo informático cuesta hoy lo mismo que hace tres años, pero su capacidad es muy superior.

En Europa, por el contrario, y con la excepción de Francia, Suecia y Dinamarca, el uso de deflatores hedónicos es inexistente. Por ello, estadísticas europeas como la inversión real en nuevas tecnologías, e incluso el PIB, no son estrictamente comparables con las estadounidenses. Para algunos, esta cuestión es clave en la explicación de por qué en Europa no se ha observado la Nueva Economía. Sin embargo, como varios estudios han mostrado recientemente, aún aplicando los deflatores hedónicos a las variables europeas se estaría lejos del crecimiento económico y las ganancias en productividad estadounidenses. Estos trabajos estiman el impacto de la valoración hedónica sobre el PIB entre una y cinco décimas. Si tenemos en cuenta que el crecimiento promedio de la UE entre 1996 y 2000 ha sido el 2,5%, frente al 4,3% en EE UU, se concluye que la diferencia no parece determinante. Por otra parte, países como Francia, que han incorporado deflatores hedónicos, tampoco han mostrado ganancias en crecimiento (2,4% en promedio entre 1996-2000) similares a las estadounidenses.

Ello es razonable, puesto que la adaptación europea a las TIs está muy rezagada respecto a la estadounidense. El peso de este sector en la economía es mucho más elevado en EE UU (350.000 millones de euros en 1999) que en Europa (207.000 millones). Dicho de otra forma, el sector de las TIs per cápita asciende a 130 euros por habitante en el primer caso, frente a 55 del segundo. En resumen: la utilización de deflatores hedónicos es una de las lagunas estadísticas más importantes de la mayoría de los países europeos. Sin embargo, su mera adopción no va a eliminar las diferencias entre los patrones de crecimiento económico de Europa y EE UU.

Carmen Hernansanz es responsable de banca, sistema financiero y nueva economía del Servicio de Estudios del BBVA.

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