Armas Marcelo regresa a Cuba en una novela narrada en forma de suspense

J. J. Armas Marcelo nació en Canarias hace 55 años, pero se siente especialmente vinculado a Cuba desde los cinco años, cuando empezó a escuchar relatos de la isla en su casa. Este escritor, nacido en Las Palmas, está convencido de que Canarias 'debería estar entre Cuba y Venezuela, donde se sitúa la gran epopeya insular canaria'. Y a esa isla caribeña regresa de nuevo (tras Así en La Habana como en el cielo) con su nueva novela, narrada en clave de suspense, El Niño de Luto y el cocinero del Papa (Alfaguara), la segunda de una trilogía que de momento el escritor no sabe cuándo c...

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J. J. Armas Marcelo nació en Canarias hace 55 años, pero se siente especialmente vinculado a Cuba desde los cinco años, cuando empezó a escuchar relatos de la isla en su casa. Este escritor, nacido en Las Palmas, está convencido de que Canarias 'debería estar entre Cuba y Venezuela, donde se sitúa la gran epopeya insular canaria'. Y a esa isla caribeña regresa de nuevo (tras Así en La Habana como en el cielo) con su nueva novela, narrada en clave de suspense, El Niño de Luto y el cocinero del Papa (Alfaguara), la segunda de una trilogía que de momento el escritor no sabe cuándo cerrará.

La novela se la contaron tres amigos en La Habana en un intervalo de 24 horas, tras la visita del Papa en 1998. 'Fue como una revelación. Carlos Manuel de Céspedes, vicario general de la Iglesia católica en Cuba, me contó la historia del niño del luto y el cocinero del Papa. Teddy Bautista, de la SGAE, me contó la parte del pianista, y Natalia Bolívar, la sacerdotisa blanca de las religiones cubanas, me habló de las historias de la vida cotidiana'. '¿No irás a contar esa historia?', le preguntó el vicario en 1998.

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Claro que la contó, tres años le ha costado escribirla. 'Abandoné una novela de Chile sobre el caso Soria, que ya se encargó Garzón de quitármela, y empecé a contar esta historia real del Niño de Luto, amante de la ópera, con una vida un poco subterránea como la que manejan ciertas élites en Cuba, que lo asesinaron en noviembre del 98 en su casa, meses después de la visita del Papa a la isla. En la novela no se cuenta quién lo mató, pero el lector debe concluir quién se beneficia de ese asesinato'.

Amigo de Reinaldo Arenas, Eusebio Leal y César López, el autor de Los años que fuimos Marilyn vaticina que La Habana, 'el país más formado de la zona' volverá a ser 'un punto vital del circuito americano de la cultura europea'. Los impedimentos para que no lo sea son, a juicio de este ex procastristra, 'el torpe embargo norteamericano y el bloqueo de Castro'. Una situación que cambiará 'cuando los cubanos de dentro y de fuera quieran'.

Piensa que España no tiene mucho que hacer en la Cuba después de Castro ('España magnifica su importancia'), pero considera que tampoco caerá en manos de EE UU ('nunca ha caído en sus manos; en realidad, el exilio cubano conquistó Miami y ahora ha sido el que le ha dado la victoria a Bush'. Sobre la política del Gobierno español respecto a Cuba, el periodista y escritor la califica de 'muy contradictoria, porque creo que las relaciones entre Cuba y España no pueden ser de otra manera'.

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