EE UU asegura a Europa que seguirá adelante con su proyecto de escudo antimisiles

El jefe de Pentágono ofrece su ayuda a los aliados ante las nuevas amenazas

Aseguró, sin embargo, que su país consultará a los aliados y que no tiene interés en instalar sistemas de defensa que le 'separen' de ellos. 'De hecho, compartimos las mismas amenazas', señaló. Según Rumsfeld, Washington está interesado en que los aliados y amigos 'estén defendidos de ataques y no sean vulnerables a las amenazas o el chantaje', y está también 'dispuesto a ayudar a instalar estas defensas'.

Los dirigentes europeos presentes en Múnich no se opusieron ayer en voz alta a la NMD, y más bien parecían resignados a aceptarla. Unos, como el canciller Gerhard Schröder, trataron d...

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Aseguró, sin embargo, que su país consultará a los aliados y que no tiene interés en instalar sistemas de defensa que le 'separen' de ellos. 'De hecho, compartimos las mismas amenazas', señaló. Según Rumsfeld, Washington está interesado en que los aliados y amigos 'estén defendidos de ataques y no sean vulnerables a las amenazas o el chantaje', y está también 'dispuesto a ayudar a instalar estas defensas'.

Los dirigentes europeos presentes en Múnich no se opusieron ayer en voz alta a la NMD, y más bien parecían resignados a aceptarla. Unos, como el canciller Gerhard Schröder, trataron de minimizar la importancia de la NMD al sugerir que el tema no debe polarizar las relaciones entre Europa y EE UU y que debe ser discutido internamente. Otros ignoraron totalmente el tema, como el ministro de Defensa francés, Alain Richard. Un tercer grupo estuvo representado por el ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer, quien, de modo pragmático, esbozó un sistema de compensaciones para la NMD. Los procesos de desarme de diversos tipos, incluido el nuclear, deben continuar y además deben complementarse con nuevas iniciativas de reducción de armamento. Además, la seguridad y cohesión resultantes en la Alianza Atlántica deben aumentar, según los puntos clave expuestos por el ministro alemán. Fischer aceptó al vuelo la oferta norteamericana de entablar un diálogo en el marco de la OTAN sobre las consecuencias que tendrá el despliegue de un sistema antimisiles en Estados Unidos.

La NMD, el proyecto favorito de la Administración de George W. Bush, y la Identidad Europea de Seguridad y Defensa (IESD), la iniciativa europea para dotarse de una capacidad de maniobra propia en caso de crisis, se configuraron ayer por primera vez como parte de la misma ecuación y quedaron perfiladas como dos respuestas diferenciadas a las inquietudes en materia de seguridad y la percepción de amenaza en uno y otro lado del Atlántico.

Desconfianza

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Los norteamericanos expresaron con múltiples argumentos su desconfianza ante las necesidades de los europeos. Rumsfeld les advirtió contra 'las acciones que puedan reducir la eficacia de la OTAN, ya sea confundiendo mediante la duplicación o perturbando el vínculo transatlántico'. Añadió que los europeos corren el riesgo de 'producir inestabilidad en la Alianza'. 'Soy nuevo y debo decir que estoy un poco preocupado', dijo.

Norteamericanos y europeos trataban de convencerse mutuamente de que sus respectivas iniciativas suponían nuevas oportunidades y no nuevos peligros. 'Lejos de ser un tema que nos divida, lo vemos como una nueva oportunidad para un enfoque colectivo que incremente la seguridad para todos', dijo Rumsfeld, refiriéndose a la NMD. Afirmó además que este sistema no amenaza a nadie y, en una referencia indirecta a Rusia, aseguró que la NMD tendrá un carácter limitado, ya que actuará ante un número reducido de misiles, y, por lo tanto, no debe preocupar a los países que tienen muchos. La posibilidad de una carrera armamentística entre EE UU y Rusia le parece a Rumsfeld el 'residuo' de un pensamiento del pasado. Mientras Rumsfeld prácticamente se olvidó de Rusia a la hora de presentar su escudo antimisiles y no indicó qué papel podría jugar en él Moscú, los europeos hicieron hincapié en la necesidad de que Rusia desempeñe un papel en la seguridad europea y en convencer a ese país de que la OTAN no está dirigida contra ella.

Tanto el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger como el senador John McCain insistieron en la necesidad de renovar el fundamento teórico de la doctrina de seguridad y consideraron obsoleta la teoría de la destrucción mutua asegurada (MAD), que ha servido para justificar el tratado de misiles antibalísticos (ABM) de 1972 . Los norteamericanos insistieron en que los europeos deben gastar más en defensa. Para Schröder, los esfuerzos por cuadrar presupuestos y no tener déficit son parte de la concepción de seguridad de los europeos, de la misma manera que la ampliación de la Unión Europea al Este.

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