Columna

Independencia y libertad

Nacido en París en 1929, hijo de judíos austriacos que habían emigrado al presentir de forma clarividente la catástrofe que se avecinaba, George Steiner es actualmente el más importante teórico de la literatura y, a la vez, espejo insustituible del intelectual humanista en nuestros días. Profesor en la Universidad de Cambridge, Steiner no ha dejado de verter en cada uno de sus libros un sistemático, radical y continuo ejercicio de la independencia y la libertad más total de pensamiento.

Con un estilo claro y vigoroso, incisivo e igualmente insobornable respecto a modas, escuelas o tende...

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Nacido en París en 1929, hijo de judíos austriacos que habían emigrado al presentir de forma clarividente la catástrofe que se avecinaba, George Steiner es actualmente el más importante teórico de la literatura y, a la vez, espejo insustituible del intelectual humanista en nuestros días. Profesor en la Universidad de Cambridge, Steiner no ha dejado de verter en cada uno de sus libros un sistemático, radical y continuo ejercicio de la independencia y la libertad más total de pensamiento.

Con un estilo claro y vigoroso, incisivo e igualmente insobornable respecto a modas, escuelas o tendencias, ha analizado cuestiones vitales del judaísmo histórico, de la pervivencia de la tragedia, del Estado de Israel, del diálogo permanente entre las diversas culturas y literaturas, de los productos de masas y las élites, de la práctica 'responsable' de la lectura y, sobre todo, de esa permanente amenaza que pesa sobre la palabra, una vez producida la barbarie sin precedentes que tuvo lugar en el siglo XX y una vez el lenguaje se ve contaminado por la crueldad, la mentira y el odio. 'Ninguna poesía después de Auschwitz' dijo Adorno, a lo que Steiner contesta: 'Somos los que venimos después, sabemos ahora que un hombre puede leer por la noche a Goethe o Rilke, gozar fragmentos de Bach o Schubert, y al día siguiente acudir a su cotidiano trabajo en Auschwitz'.

El judío, ha dicho muchas veces, deberá ser siempre un judío errante y el lector también deberá vagar y ser recibido en diversas moradas y literaturas que le harán conocer pueblos y culturas que no son la suya y que le enseñarán a ser más tolerante. Con un algo, o bastante, de escepticismo, en lo que se refiere a las nuevas formas de barbarie, ignorancia y fundamentalismo en nuestros días, ya sean las guerras tribales en la antigua Yugoslavia, la trivialización mediática o el fútbol ('la religión universal de la mayoría de los homo sapiens no es otra que el fútbol') Steiner cree que también asistimos a una suerte de 'desmayo de la imaginación'. Ante el hecho sorprendente de que haya actualmente cuatro cubos de basura en la Luna, dice, no ha surgido ningún Rabelais, Swift o Juvenal para contarlo.

Steiner es el autor de obras magistrales como los ensayos Lenguaje y silencio, Después de Babel, Antígonas, En el castillo de Barba Azul o Presencias reales, como la novela El traslado de A.H. a San Cristóbal o como una autobiografía titulada Errata (El examen de una vida). Acompañado de su esposa Zara, una insigne historiadora, ha vuelto a Madrid después de 50 años ('en la época del Caudillo', como recuerda), donde estuvo pasando una temporada como estudiante. Después de eso se convertiría en un apasionado visitante de las calles de Girona y del sepulcro de la condesa Ermesinda, por donde pasearía acompañado, 'en un instante enigmático', por la sombra del famoso cabalista Isaac el Ciego.

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