Crítica:DANZA - MERCE CUNNINGHAM

Merce Cunningham Dance Company

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Música soberbia

Primer programa

Ground level overlay (1995): música: Stuart Dempster; vestuario: Suzanne Gallo; luces: Aaron Copp. Biped (1999): música: Gavin Bryars. Coreografías de Merce Cunningham. Teatro de La Zarzuela, Madrid. 23 de noviembre.

Adiós virtual al color

También hay una evocación culta y no casual de las danzas de Schlemmer (se vieron en la Bienal de Lyon de 1986 reconstruidas por Gerhard Bohner: danzas de varas, de círculos, de metal), y con el mismo criterio que entonces en Bahuaus, aquí se ven proyectados sobre la gasa los bailarines vestidos herméticamente de negro con pelotas de pimpón blancas en sus articulaciones; al ser filmados, sólo vemos esos círculos blancos en movimiento. A pesar de que la música de la pieza es menor, poco a poco el espectador entra en esa perspectiva ideal y sus figuras, acepta el canon particular del autor, capaz de fundir cuerpo, luz e imagen en una sola transparencia. Al final se entiende que es acertado repetir Biped los cuatro días, pues esta obra no termina, es desinencia de sí misma, es infinita; secuencial y matemáticamente hablando, como una periódica pura capaz de servir de urdimbre a un tejido estético unitario, a la vez que multidireccional.

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