La Junta de Andalucía refuerza los controles para evitar el fraude en la producción de algodón

La Junta de Andalucía ha puesto en marcha esta campaña un plan para evitar el fraude en el sector algodonero, debido a las sospechas de que existen irregularidades en el cultivo para aumentar artificialmente la producción total y, por tanto, el cobro de las ayudas. En este plan de medidas contra el fraude también han participado representantes de la asociación de empresas desmotadoras. Durante este año, la cosecha de algodón ascenderá a unas 300.000 toneladas, mientras que la cuota aprobada por la Comisión Europea para España es de 249.000 toneladas.

Las hipotéticas irregularidades, seg...

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La Junta de Andalucía ha puesto en marcha esta campaña un plan para evitar el fraude en el sector algodonero, debido a las sospechas de que existen irregularidades en el cultivo para aumentar artificialmente la producción total y, por tanto, el cobro de las ayudas. En este plan de medidas contra el fraude también han participado representantes de la asociación de empresas desmotadoras. Durante este año, la cosecha de algodón ascenderá a unas 300.000 toneladas, mientras que la cuota aprobada por la Comisión Europea para España es de 249.000 toneladas.

Nueva regulación

Las hipotéticas irregularidades, según señalan fuentes del sector, consisten en una serie de actuaciones encaminadas a ofrecer unas cifras de producción muy superiores a las reales, lo que se traduciría en fraude a Bruselas por las ayudas comunitarias, así como a los agricultores que actúan dentro de la legalidad. Los controles para evitar el fraude se llevan a cabo desde el Fondo Andaluz de Garantía Agraria, a través de la empresa Citagro.En los últimos años se produjeron denuncias en el sector algodonero ante la posibilidad de que se estuvieran percibiendo ayudas duplicadas por una misma hectárea. El agricultor podía, por ejemplo, declarar una siembra de girasol percibiendo así una ayuda por superficie, y sembrar, sin embargo, algodón para recibir la correspondiente ayuda por producción.

Para acabar con estas prácticas, la Junta de Andalucia, presidida por Manuel Chaves, ha establecido un sistema de control informatizado que evita la duplicidad de cobros. En el caso del algodón funcionan unas 8.000 tarjetas donde se registran todos los datos sobre cada productor.

Según fuentes del sector, las principales prácticas irregulares en el algodón se centran en dobles pesajes en las entregas (pesar un camión dos veces), sacar al mercado algodón con un exceso de humedad para tener más kilos o desajustes en el control de los almacenamientos.

Dentro de este abanico de irregularidades, el más común, según medios del sector, es el de aumentar el peso del algodón a base de humedecerlo, con tácticas diversas. Por ejemplo, el uso de máquinas de recolectar a las que se le incorporan mecanismos para echar agua directamente al producto.

Ante esta situación, tanto desde la Administración regional como desde de las empresas desmotadoras se han articulado nuevos sistemas para el control de la producción y para evitar el fraude.

Entre otras medidas, se ha prohibido la admisión de algodón con una humedad superior al 16%, un porcentaje que ya se considera bastante elevado. Se ha eliminado también la posibilidad de depositar el algodón en almacenes externos a las propias instalaciones de la industria. Y se ha acabado, igualmente, con las entregas nocturnas, poniendo un servicio permanente de vigilancia en cada una de las empresas.

En medios de la Administración y de las industrias desmotadoras se estima que con estas medidas se evita completamente el fraude. Otras fuentes del sector consideran, por contra, que todo este sistema no es garantía de que no se sigan cometiendo irregularidades y se insta a que haya controles más duros.

Actualmente, España tiene una cuota de producción de algodón de 249.000 toneladas. La superación de esa cuota supone automáticamente la aplicación de penalizaciones.Para esta campaña, la producción esperada de algodón podría ascender a unas 320.000 toneladas, aunque las últimas estimaciones, apenas iniciada la recolección, apuntan solamente a unas 300.000 toneladas. Bruselas autorizó el pago de un adelanto de 126 pesetas por kilo y se espera que el precio mínimo final, si no se dispara la producción, pueda estar en unas 150 pesetas.

En el sector algodonero se considera que esa rebaja en la producción oficial podría ser consecuencia, más que del comportamiento del cultivo en origen, de las medidas de control aplicadas por la Administración para evitar el fraude.

Este aumento del control del fraude en el algodón se produce justo cuando la Comisión Europea está poniendo en marcha las negociaciones para elaborar una nueva legislación que regule este mercado.

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