Hamás trata de capitalizar la movilización con un 'Día de la Ira'
Los fundamentalistas de Hamás, el principal movimiento islámico palestino, han convocado para mañana, a la salida de las mezquitas tras las plegarias, una movilización general -un Día de la Ira- en Cisjordania y Gaza, en protesta por los "mártires" de los enfrentamientos con los israelíes. Los islamistas pretenden con esta cita sumarse de manera activa a la refriega, utilizando algunas de las tácticas y fórmulas ensayadas con éxito en la primera Intifada (a partir de diciembre de 1987), entre las que se encontraban estos Días de la Ira. Eran convocatorias extraordinarias de lucha...
Los fundamentalistas de Hamás, el principal movimiento islámico palestino, han convocado para mañana, a la salida de las mezquitas tras las plegarias, una movilización general -un Día de la Ira- en Cisjordania y Gaza, en protesta por los "mártires" de los enfrentamientos con los israelíes. Los islamistas pretenden con esta cita sumarse de manera activa a la refriega, utilizando algunas de las tácticas y fórmulas ensayadas con éxito en la primera Intifada (a partir de diciembre de 1987), entre las que se encontraban estos Días de la Ira. Eran convocatorias extraordinarias de lucha que suponían el cierre total de los comercios y la paralización económica de la zona. En los Días de la Ira se producían enfrentamientos encarnizados con las tropas israelíes.
La primera de estas jornadas ocurrió en febrero de 1988, cuando la Intifada tenía ya tres meses y, paradójicamente, fue convocada por el Mando Unificado, en el que en principio no participaban los islamistas de Hamás.
La convocatoria de Hamás de este Día de la Ira puede suponer un giro importante en la nueva Intifada, hasta ahora controlada por organizaciones vinculadas al partido mayoritario Al Fatah -a través de los Tanzim- bajo la coordinación directa y suprema de Yasir Arafat.
La irrupción de la organización fundamentalista en la lucha callejera, en un intento de capitalizarla y desplazar a otras organizaciones más moderadas, puede conllevar la radicalización de las movilizaciones y la confirmación de los temores de los servicios secretos israelíes, que no cesan de anunciar que "lo peor está aún por llegar".
Hamás, enemiga del proceso de paz, se ha empeñado en tener éxito. Por ello ha llenado de panfletos y octavillas las calles de las principales ciudades de Cisjordania y Gaza llamando a la movilización.