Tres litigios candentes

A diferencia de los monarcas constitucionales europeos, Mohamed VI sí gobierna, pero ello no significa que su estancia en España sirva para resolver los tres litigios candentes hispano-marroquíes: pesca, droga e inmigración ilegal. Su visita es ante todo simbólica y, todo lo más, creará un clima favorable a la firma, dentro de dos meses, de un tratado que permita a más de 500 pesqueros españoles regresar a las aguas marroquíes que abandonaron en noviembre pasado.El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, se muestra convencido de que la visita dará "un impulso a la negociación" pesquera e...

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A diferencia de los monarcas constitucionales europeos, Mohamed VI sí gobierna, pero ello no significa que su estancia en España sirva para resolver los tres litigios candentes hispano-marroquíes: pesca, droga e inmigración ilegal. Su visita es ante todo simbólica y, todo lo más, creará un clima favorable a la firma, dentro de dos meses, de un tratado que permita a más de 500 pesqueros españoles regresar a las aguas marroquíes que abandonaron en noviembre pasado.El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, se muestra convencido de que la visita dará "un impulso a la negociación" pesquera entre la UE y Rabat que, tras un largo paréntesis, se reanudará a finales de mes, según anunció el viernes el comisario europeo Franz Fischler.

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Los otros dos contenciosos pueden ser evocados durante la estancia real, aunque en el séquito del monarca no figura, por ejemplo, el ministro del Interior. De las 85.000 hectáreas dedicadas en Marruecos al hachís -es el mayor exportador del mundo- vive, según la ONU, un millón de personas. Fomentar a gran escala su sustitución por cultivos alternativos generaría graves problemas sociales. El grueso de la producción de hachís se exporta a Europa a través de España.

En cuanto a la inmigración ilegal , que se ha disparado este año, las autoridades españolas están quejosas del escaso control marroquí sobre las embarcaciones que zarpan de sus costas y de su negativa a readmitir a los inmigrantes subsaharianos porque es imposible demostrar que cruzaron el Estrecho partiendo de Marruecos. Rabat alega la falta de medios y pide ayuda para mejorarlos.

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