MÁXIMA TENSIÓN EN LOS MERCADOS.

La UE acelerará las reformas fiscales para lograr un "euro fuerte" frente al dólar

ENVIADOS ESPECIALESLos ministros del euro lanzaron ayer en Versalles un mensaje de confianza en la moneda europea para tratar de frenar la caída constante que sufre desde hace meses. En un intento de paliar el daño causado a la moneda europea por las declaraciones del canciller Gerhard Schröder -que defendió esta semana las bondades de un euro débil porque favorece las exportaciones-, los ministros apostaron por "un euro fuerte". Y trazaron como camino para alcanzarlo dos sendas: todavía más rigor en las finanzas públicas y mayores reformas fiscales y otras reformas estructurales, pero también...

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Amenaza no explícita

ENVIADOS ESPECIALESLos ministros del euro lanzaron ayer en Versalles un mensaje de confianza en la moneda europea para tratar de frenar la caída constante que sufre desde hace meses. En un intento de paliar el daño causado a la moneda europea por las declaraciones del canciller Gerhard Schröder -que defendió esta semana las bondades de un euro débil porque favorece las exportaciones-, los ministros apostaron por "un euro fuerte". Y trazaron como camino para alcanzarlo dos sendas: todavía más rigor en las finanzas públicas y mayores reformas fiscales y otras reformas estructurales, pero también intervenciones en los mercados financieros siempre que sea necesario.

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Aupado por las expectativas que había generado esta reunión y en parte por la mayor debilidad del yen, el euro logró ayer un respiro, aunque breve. La moneda única recuperó algo de terreno frente al dólar por la mañana, y la autoridad monetaria fijó un cambio de 0,8735 dólares (190,4 pesetas por dólar o 1,14 euros por dólar ), ligeramente superior a los 0,8676 del día anterior. Pero por la tarde, el euro volvió a caer en los mercados, y llegó a cotizar a 0,8650 dólares, cerca del mínimo de 0,8630 al que llegó a cambiarse en algún momento del jueves.

El Eurogrupo (los once ministros del euro más Grecia) acordó finalmente lanzar un comunicado para dar más fuerza a su mensaje en defensa de la moneda europea. Y basó ese mensaje en tres ejes: la apuesta por un euro fuerte, la convicción de que el actual tipo de cambio "no refleja la solidez de los fundamentos de la zona euro" y la amenaza velada de que el Banco Central Europeo intervendrá en los mercados financieros para defender la paridad de la moneda europea si se estima necesario.

Una amenaza que no es explícita, porque rara vez puede serlo, pero que se atisba entre líneas en el comunicado final del Eurogrupo, leído en francés y en inglés por el presidente del Ecofin y ministro francés de Finanzas, Laurent Fabius. Los ministros, la Comisión y el BCE "han convenido seguir estrechamente la situación", dice la nota. Las intervenciones del BCE "son un elemento disponible en cualquier momento", explicó Fabius en la rueda de prensa final. El ministro austriaco, Karl-Heinz Grasser, ya había aludido a la posibilidad de las intervenciones al entrar en la reunión. "Los países europeos deben tener preparados los mecanismos para llevar a cabo esa intervención, si llega el caso, aunque creo que no es el momento", dijo. Por si el mensaje del Eurogrupo no había quedado claro, el comisario de Asuntos Monetarios, Pedro Solbes, lo interpretó así: "El comunicado destaca fundamentalmente la apuesta de los ministros del Eurogrupo por un euro fuerte". El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, fue aún más preciso: "Si alguien en el mercado creía que queremos un euro débil, ahora tendrán claro que queremos un euro fuerte frente al dólar"."Un euro débil es causa de preocupación sobre todo porque crea presiones inflacionistas y mina la confianza en la Unión", afirmó desde Calgary el presidente del BCE, Wim Duisenberg. El holandés estuvo representado en Versalles por su vicepresidente, Christian Noyer, porque él prefirió pronunciar una conferencia en Canadá pese a la crisis que vive el euro.

De uno y otro lado, desde la Comisión al Consejo pasando por el BCE, el mensaje enviado ayer supone una rectificación en toda regla a las declaraciones de Gerhard Schröder, si no incluso una advertencia por parte del resto de los socios europeos. Los ministros fueron menos contundentes sobre los instrumentos que van a poner en marcha para lograr esa fortaleza en la divisa europea.

Las intervenciones del BCE son un mecanismo meramente puntual, no un factor que vaya a dar consistencia a la moneda a largo plazo. Esa fortaleza sólo puede venir a través de una aceleración del proceso de reformas fiscales y rigor presupuestario, defendieron.

Los ministros admitieron que el problema de fondo es la mayor credibilidad del dólar por el mayor crecimiento de su economía. De ahí su medicina a medio plazo: sanear hoy para crecer más mañana. Ya antes de entrar en la reunión, varios de ellos, como el español Rodrigo Rato, el belga Didier Reynders o el austriaco Grasser, coincidieron en destacar la capacidad de Europa de crecer a largo plazo, pero admitieron que cada vez es más patente que se está agrandando la diferencia entre EE UU y Europa a la hora de demostrar esa capacidad de crecimiento. "La mejor declaración a favor del euro consistiría en que todos los países de la zona se comprometieran a lograr un superávit presupuestario el año próximo, objetivo que España ya tiene en la mano", afirmó Rato.

Los ministros de Economía y Finanzas de los Quince (Ecofin) analizarán hoy con detenimiento el otro factor que estos días afecta gravemente a los bolsillos de los europeos: la escalada de precios del petróleo y la búsqueda de fórmulas para presionar a la OPEP para que ponga en marcha la única medida de alivio posible, es decir, un aumento de la producción de crudo.

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