La Fundación Santillana expone los paisajes de Darío de Regoyos

La Torre de Don Borja abre hoy en Santillana del Mar sus instalaciones a otra gran manifestación artística que podrá contemplarse a lo largo de todo el verano: una colección que supera el medio centenar de cuadros, preferentemente paisajes, pintados por Darío de Regoyos (1857-1913). En una región como Cantabria, cuna de excelentes pintores de la naturaleza, entre ellos Casimiro Sáinz, Agustín Riancho y Manuel Salces, contemporáneos de Darío de Regoyos, la muestra posee un indudable interés.Como Riancho, Regoyos vivió su etapa belga; fue en Bruselas a finales del siglo pasado y allí mantuvo con...

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La Torre de Don Borja abre hoy en Santillana del Mar sus instalaciones a otra gran manifestación artística que podrá contemplarse a lo largo de todo el verano: una colección que supera el medio centenar de cuadros, preferentemente paisajes, pintados por Darío de Regoyos (1857-1913). En una región como Cantabria, cuna de excelentes pintores de la naturaleza, entre ellos Casimiro Sáinz, Agustín Riancho y Manuel Salces, contemporáneos de Darío de Regoyos, la muestra posee un indudable interés.Como Riancho, Regoyos vivió su etapa belga; fue en Bruselas a finales del siglo pasado y allí mantuvo contacto con los artistas más adelantados. Impresiones del norte es el título de la muestra de la Fundación Santillana en clara referencia a su escenario artístico, un recorrido por la cornisa cantábrica, donde residió el pintor gran parte de su vida. No es extraño que el historiador Javier Tusell, en la introducción del catálogo editado por la fundación, aluda a las relaciones del artista con la pintura belga, "que se desdobla en una etapa simbolista y en otra que pudiera ser definida como postimpresionista aunque los límites cronológicos entre ambas no resultan muy precisos".

Darío de Regoyos, nacido en Ribadesella (Asturias), se vio afectado en plena adolescencia por una muy precoz y compulsiva necesidad de viajar; ello le obligó a cambiar de residencia hasta 17 veces, según recuerda el comisario de la exposición, Juan Sanz Nicolás. Aun así, tiempo tuvo para todo: no sólo para la intensa búsqueda de paisajes y personajes para componer sus cuadros, sino también para el cultivo de la amistad con los más cotizados pintores europeos y españoles y con los grandes pensadores y escritores de la época.

Infatigable caminante

A Darío de Regoyos se le considera como uno de los impulsores con sus iniciativas de un ambiente más favorable e innovador para las artes plásticas aquejadas entonces de cierto amaneramiento. Infatigable caminante por el sur de Francia, el norte de España y la Castilla de transición, cultivó especialmente el paisajismo como elemento primordial de su concepción artística.

Todo cuanto descubría a través de la ventanilla y le resultaba sugerente lo llevó a sus cuadros. Le llamaron especialmente la atención las brumas del septentrión, los ocres castellanos y las peculiaridades culturales de ambas regiones de España.

La exposición se enriquece con una escogida documentación gráfica y escrita, indispensable para un cabal conocimiento de la rica personalidad del autor, su pasión por el arte y la música, suspendidos ya sus estudios de matemáticos "y otros absurdos", que dijo no haber comprendido nunca.

La muestra Impresiones del norte permanecerá abierta al público -la entrada es gratuita- hasta el próximo 24 de septiembre en Santillana del Mar.

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