"Tienes granos, pero también ojos bonitos"

El trabajo en el taller de Getafe es colectivo. Chavales, padres y profesores con muchas cosas en común y el diálogo como terapia. El objetivo: elevar la autoestima y reforzar la personalidad. En los grupos es habitual oír a un adolescente quejarse de los granos que llenan su cara o a una chavala confesar que le da corte vestir ropa ceñida porque se le empiezan a notar dos protuberancias en el pecho. Casi todos tienen los mismos pudores, las mismas obsesiones.Por eso dicen los especialistas que el primer paso es hablar de ello en voz alta y luego comprobar que no todo es tan terrible como ello...

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El trabajo en el taller de Getafe es colectivo. Chavales, padres y profesores con muchas cosas en común y el diálogo como terapia. El objetivo: elevar la autoestima y reforzar la personalidad. En los grupos es habitual oír a un adolescente quejarse de los granos que llenan su cara o a una chavala confesar que le da corte vestir ropa ceñida porque se le empiezan a notar dos protuberancias en el pecho. Casi todos tienen los mismos pudores, las mismas obsesiones.Por eso dicen los especialistas que el primer paso es hablar de ello en voz alta y luego comprobar que no todo es tan terrible como ellos creen.

"Tienes granos, sí, pero unos ojos muy bonitos", es la respuesta que una chica le da a otra cuando ésta se queja de que su cara parece una paella.

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Los especialistas les explican que por esa situación ha pasado todo el mundo y que luego la tez recupera su tersura, que se trata de una alteración hormonal. "Muchas veces, los jóvenes se creen solos, pero en esas terapias descubren que lo que ellos sienten lo sienten también sus compañeros", refieren los psicólogos. "Lo más importante es asumir el problema y hacerles ver que no son defectos todo lo que aseguran padecer".

En las pruebas realizadas por la Comunidad se define como población de riesgo a aquellos jóvenes que se hayan encontrado en alguno de los siguientes casos: que su peso observado está por debajo del ideal, que han perdido cinco kilos o más por dieta en el último año. Y que, además, han usado píldoras adelgazantes en el último año, han realizado un ejercicio excesivo para controlar su peso y que han obtenido puntuación en los tests de obsesión por la delgadez o en los de insatisfacción corporal.

En la encuesta de la Consejería de Salud también se ha descubierto que, de los adolescentes con riesgo de padecer un trastorno alimenticio, el 24% de las mujeres y el 21% de los hombres han solicitado atención de salud mental. Entre las chicas que presentan síntomas, además de referir que padecen amenorrea, el 55% de ellas asegura haber consultado a un psicólogo o a un psiquiatra.

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