Rumania y Hungría sufren otro gran vertido tóxico en las aguas de sus ríos al romperse una balsa minera

La intensidad de las lluvias y el rápido deshielo han provocado de nuevo la rotura de una balsa minera al noroeste de Rumania, donde el 31 de enero un suceso similar produjo el vertido al río Vaser -que también es afluente del Tisza y el Danubio- de 100.000 toneladas con alto contenido de cianuro. El Ministerio húngaro de Medio Ambiente preveía que el agua contaminada con 20.000 toneladas de plomo, zinc y cobre llegase anoche al río Tisza, cuyas aguas estaban iniciando el proceso de recuperación tras la destrucción del 90% de su flora y fauna provocada por el vertido de enero.A las once de...

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La intensidad de las lluvias y el rápido deshielo han provocado de nuevo la rotura de una balsa minera al noroeste de Rumania, donde el 31 de enero un suceso similar produjo el vertido al río Vaser -que también es afluente del Tisza y el Danubio- de 100.000 toneladas con alto contenido de cianuro. El Ministerio húngaro de Medio Ambiente preveía que el agua contaminada con 20.000 toneladas de plomo, zinc y cobre llegase anoche al río Tisza, cuyas aguas estaban iniciando el proceso de recuperación tras la destrucción del 90% de su flora y fauna provocada por el vertido de enero.A las once de la mañana de ayer la presión del agua acumulada abrió un boquete de 25 metros por 10 de alto en una de las paredes de contención de una balsa de decantación que almacenaba 20.000 toneladas de residuos de plomo y zinc en Baia Morsa, cerca de Baia Mare. El vertido fue a parar al río Vaser, según ha comunicado el Ministerio de Medio Ambiente rumano, quien ha transmitido la alerta a Hungría y Ucrania, así como a la Convención para la Protección del Danubio en Viena.

Según Liliana Mara, portavoz de Medio Ambiente, parte de las 20.000 toneladas de residuos quedaron sedimentadas en la base de la balsa, pero el resto de metales pesados en suspensión ha fluido hacia el río Vaser. El ministro de Medio Ambiente, Romica Tomescu, se desplazó ayer a la zona para conocer el alcance del vertido. Además, las autoridades de Budapest enviaron con carácter de urgencia un informe a la UE sobre el nuevo desastre.

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