Los agricultores aceptan las exigencias de los inmigrantes para desconvocar la huelga

Los cimientos para reconstruir la normalidad en El Ejido han comenzado a edificarse. Representantes de los inmigrantes negociaron ayer durante siete horas con empresarios, sindicatos y ONG para desconvocar hoy la huelga. Sus peticiones de que se les desagravie mediante una declaración pública, se reconstruyan las mezquitas quemadas, se indemnice a las víctimas del vandalismo racista y se cree una mesa de negociación con las Administraciones fueron aceptadas. Los trabajadores extranjeros deciden hoy en asamblea su postura.

Los inmigrantes marroquíes, en el día festivo de los musulmanes, ...

Los cimientos para reconstruir la normalidad en El Ejido han comenzado a edificarse. Representantes de los inmigrantes negociaron ayer durante siete horas con empresarios, sindicatos y ONG para desconvocar hoy la huelga. Sus peticiones de que se les desagravie mediante una declaración pública, se reconstruyan las mezquitas quemadas, se indemnice a las víctimas del vandalismo racista y se cree una mesa de negociación con las Administraciones fueron aceptadas. Los trabajadores extranjeros deciden hoy en asamblea su postura.

Los inmigrantes marroquíes, en el día festivo de los musulmanes, acudieron divididos a la mesa de negociación auspiciada por la Asociación de Empresarios Almerienses (Asempal), que pretendía hacer de puente entre ellos y las administraciones.Mal empezó la reunión. Mustafá Ait-Korchi, representante de la Asociación de Emigrantes Marroquíes en España (AEME) y portavoz de los piquetes de huelguistas, marcó su entrada en la sede empresarial con una frase de mal augurio: "Las personas que están aquí sentadas no son suficientemente representativas". Sus palabras iban dirigidas a los comisionados de los sindicatos mayoritarios, las organizaciones agrarias, los empresarios, los colectivos de inmigrantes marroquíes y de otras nacionalidades y las ONG sentados en la mesa.

Las llamadas a la calma y el diálogo lograron, no obstante, que Ait-Korchi se sentase a ella también, aunque se mostró irreductible. Tanto que, después de tres horas de conversaciones, quiso marcharse. Pero sus compatriotas y el presidente de Almería Acoge, Antonio Puertas, lograron retenerlo. "Esta gente sigue en una actitud prepotente. Llevo tres días sin ducharme y estoy cansado. Y en los colegios siguen pegando a los niños", clamó Ait-Korchi, casado con una española y cuyo negocio, la cafetería Internacional, fue arrasado durante los disturbios desatados tras el asesinato de Encarnación López. Hacía sólo un mes que había abierto el establecimiento y aún no había formalizado el seguro.

La actitud de este ciudadano chocó radicalmente con la de otros colectivos, como la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME), partidarios de dar por zanjada la huelga en los invernaderos a partir del lunes.

Las explotaciones más perjudicadas por el paro, con un seguimiento de casi el 100%, son las de las grandes empresas, ya que el trabajo en las pequeñas está siendo solventado por familiares y trabajadores lituanos, rumanos y ecuatorianos. Juan Cantón, presidente de la Mesa Hortofrutícola, aseguró que trabajadores no marroquíes están llegando desde Murcia y el Levante almeriense y aseguró que se ha detectado en la frontera de La Jonquera (Girona) una fuerte entrada de extranjeros que declaran que su destino es Almería.

La petición inicial de AEME de que se aceptara íntegro un documento de 20 puntos fue atemperada, ya que la mayoría de las reivindicaciones no eran competencia de los reunidos. "Tampoco pueden pretender que nos bajemos los pantalones y tampoco entendemos hasta dónde quieren llegar", declaró Eduardo López, dirigente de COAG. El subdelegado del Gobierno, Fernando Hermoso, y la secretaria de Estado de Comercio, Elena Pisonero, estuvieron reunidos en una sala anexa para que les elevaran consultas.

Los propios inmigrantes abandonaron repetidamente la negociación para discutir entre ellos y consensuar su postura. Cuatro de sus puntos irrenunciables fueron aceptados: las disculpas públicas por parte de empresarios y políticos, la reconstrucción de las mezquitas destruidas, las indemnizaciones por los daños y las subvenciones para quienes han perdido su vivienda y la creación de una mesa con la Administración para dialogar y tratar de solucionar el problema y las garantías de seguridad para los trabajadores extranjeros.

Con esta tabla, aceptada por todos, los inmigrantes abandonaron la reunión en pos de Ait-Korchi. "Esto ha sido un primer contacto, no la negociación. Se han sentado las bases para empezar a negociar", dijo éste. A la una de la madrugada de hoy concluyeron las asambleas que celebraron los inmigrantes. No se planteó desconvocar el paro y sí se propusieron nuevas exigencias.

A las once de la mañana de hoy se volverán a reunir en un intento de desconvocar la huelga y volver a la actividad a partir del lunes. "La mayoría de los inmigrantes y el resto de los colectivos están de acuerdo en ello y por eso creemos que mañana se solventará el asunto y el lunes se volverá al trabajo", pronosticó José María Pérez Vicente, vicepresidente de Asempal.

Los intentos de vuelta a la normalidad también han cuajado entre los vecinos de El Ejido, miles de ellos avergonzados por la imagen que su pueblo ha dado. Cerca de 3.500 han creado una plataforma asamblearia para tratar de limpiarla. Este movimiento ciudadano, que se declara ajeno a los partidos, pretende lavar la cara del pueblo y elaborar un informe sobre la situación de los inmigrantes en El Ejido para remitirlo a las casas reales de España y Marruecos.

Además, la corporación municipal -su alcalde, Juan Enciso, del PP, sostenía ayer, en una entrevista concedida a Diario 16, que las ONG son culpables de lo ocurrido porque "sólo hablan a los inmigrantes de sus derechos"- se ha comprometido a celebrar un acto de desagravio en la mezquita cuando esté reconstruida. Ayer, en el día festivo para los musulmanes, se denegó en principio a los magrebíes un permiso para utilizar el pabellón de deportes. Posteriormente, se les dio, pero ya era tarde.