La SGAE calcula que durante 1999 se vendieron discos piratas por 700 millones

A lo largo de 1999 se vendieron en España discos ilegales por valor de 700 millones de pesetas, según los cálculos del departamento antipiratería de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Esta cantidad representa algo menos del 1% de la producción discográfica total en España, que durante el año pasado generó unos 75.000 millones de pesetas.Los datos se ofrecieron ayer en la mesa redonda La Guardia Civil y la protección de la propiedad intelectual, celebrada en Madrid. El director de Reproducción Mecánica de la SGAE, Juan Palomino, reveló que las ventas de discos grabables (CD-R) ha...

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A lo largo de 1999 se vendieron en España discos ilegales por valor de 700 millones de pesetas, según los cálculos del departamento antipiratería de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Esta cantidad representa algo menos del 1% de la producción discográfica total en España, que durante el año pasado generó unos 75.000 millones de pesetas.Los datos se ofrecieron ayer en la mesa redonda La Guardia Civil y la protección de la propiedad intelectual, celebrada en Madrid. El director de Reproducción Mecánica de la SGAE, Juan Palomino, reveló que las ventas de discos grabables (CD-R) han alcanzado en España a lo largo de 1999 la cifra récord de 40 millones de unidades. De este total, la SGAE calcula, en función de una encuesta encargada al grupo Alef-MB, que entre el 75% y el 80% se destina a grabaciones musicales, mientras el 20% o 25% restante recibe un uso informático o de otras características.

Palomino hizo hincapié en la laguna legal por la que los discos grabables no cuentan todavía, en su precio de venta al público, con un canon de compensación en concepto de derechos de autor. En la actualidad, a las cintas de audio y de vídeo se les aplica un canon de copia privada de 30 y 50 pesetas, respectivamente, por hora de grabación. En cambio, los CD-R carecen de una tasa equivalente que compense a los autores.

La propuesta de la SGAE consiste en que a los CD-R se les dé un trato análogo al de las cintas de audio, de modo que la presentación más habitual, la de 650 megas / 74 minutos, pague 37 pesetas por canon de copia privada. "Hasta ahora, los fabricantes se hacen los remolones con el argumento de que estos discos no tienen por qué utilizarse necesariamente para la grabación de obras musicales", explicó Palomino, "pero la realidad indica que ya se graba muchísima música en este soporte". A eso se añade un detalle técnico adicional: si el dueño de un CD-R graba en él música en formato MP3 (un compresor de archivos), la capacidad de ese soporte aumenta hasta los 800 minutos.

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