Italia celebra con un festival el centenario del cineasta

Alberto Arbasino, uno de los más famosos escritores italianos vivos, le ha dedicado un libro, Tutto il suo cinema, y en Pordenone (norte de Italia) se ha debatido durante dos días la esencia y el sentido oscuro de su obra. Cuando se cumplen 100 años de su nacimiento, Luis Buñuel acapara la atención de los aficionados italianos al séptimo arte y los periódicos se esfuerzan en escribir su nombre correctamente con la obligada eñe. Un despliegue contrario a los verdaderos deseos del maestro que, como ha explicado su hijo, Juan Luis Buñuel, invitado especial en Pordenone, lejos de aspirar a la glor...

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Alberto Arbasino, uno de los más famosos escritores italianos vivos, le ha dedicado un libro, Tutto il suo cinema, y en Pordenone (norte de Italia) se ha debatido durante dos días la esencia y el sentido oscuro de su obra. Cuando se cumplen 100 años de su nacimiento, Luis Buñuel acapara la atención de los aficionados italianos al séptimo arte y los periódicos se esfuerzan en escribir su nombre correctamente con la obligada eñe. Un despliegue contrario a los verdaderos deseos del maestro que, como ha explicado su hijo, Juan Luis Buñuel, invitado especial en Pordenone, lejos de aspirar a la gloria post morten, "quería que se olvidasen de él". Juan Luis Buñuel, de 65 años, ha sido uno de los muchos invitados al homenaje organizado por Cinemazero, en memoria del director de El discreto encanto de la burguesía (que le valió un Oscar). "En realidad, a mi padre no le interesaba nada de esto. Ni siquiera el Oscar, que, de hecho, está en el estudio de su productor, Silberman. Yo me quedé con el León de Oro de Venecia, que sí le importó realmente", dijo Buñuel hijo al diario milanés Il Corriere della Sera.

"De los debates, de las críticas, de las discusiones sobre el surrealismo, mi padre pasaba cordialmente. Decía que le habría gustado que se olvidaran de él". En cuanto a su vida familiar, el hijo recuerda que era amante de los rituales. "Todas las tardes a las siete se preparaba un dry martini, que no tenía una gota de martini, y a las ocho se iba a la cama porque se levantaba muy temprano, a las cinco de la mañana".

Metódico

Considerado por la crítica internacional como uno de los cineastas más anárquicos e irreverentes, el perfil que emerge de las palabras de su hijo y colaborador, Juan Luis, es el de un Buñuel metódico, realista, trabajador infatigable y nada endiosado. "Trabajaba en sus películas con total dedicación, pero, como estaba habituado a los presupuestos mínimos de la etapa mexicana, aceptaba pocas semanas de rodaje y llegaba siempre a tiempo, rodaba usando tomas únicas, pero lo tenía todo en la cabeza. Una vez que terminaba el filme y le pagaban, cerraba el capítulo".

En cuanto al compromiso político de Buñuel, es conocido su anticlericalismo y su total oposición al franquismo. Recientemente ha quedado demostrado en una investigación del estudioso de cine Roman Gubern que el cineasta militó en el partido comunista, militancia que le obligó, por imperativo moral, a abandonar el movimiento surrealista en el que había crecido como cineasta. Su apoyo a Louis Aragon, también comunista de carné, atacado por los surrealistas, le decidió a abandonar las filas del movimiento estructurado por André Breton.

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