La promesa de secreto partió del ministro

El juez Kay se refirió con detalle a la "correspondencia entre el Home Office y los abogados de Pinochet". El juez leyó: "En una carta de 5 de noviembre de 1999, el Home Office invitó a Pinochet a declarar si se sometía a exámenes médicos. La carta establecía: 'Huelga decir que se harán todos los esfuerzos por parte de los doctores y su equipo, y por el Home Office, para asegurar la completa confidencialidad del informe'. El 11 de noviembre, los abogados contestaron: 'Pinochet está preparado para someterse a los exámenes en el entendimiento de que ninguno de sus contenidos será revelado a nadi...

El juez Kay se refirió con detalle a la "correspondencia entre el Home Office y los abogados de Pinochet". El juez leyó: "En una carta de 5 de noviembre de 1999, el Home Office invitó a Pinochet a declarar si se sometía a exámenes médicos. La carta establecía: 'Huelga decir que se harán todos los esfuerzos por parte de los doctores y su equipo, y por el Home Office, para asegurar la completa confidencialidad del informe'. El 11 de noviembre, los abogados contestaron: 'Pinochet está preparado para someterse a los exámenes en el entendimiento de que ninguno de sus contenidos será revelado a nadie que no sea el Home Office o nosotros mismos'. Hubo más correspondencia y culminó con la autorización del senador Pinochet a permitir que se le entregase el informe al director de la fiscalía pública y al abogado del Estado para considerar si cabía una acusación interna ", narró el juez Kay.Y agregó: "No obstante, el consentimiento tenía una condición: 'Cualquier informe médico no podrá ser considerado para cualquier otro propósito y no será entregado a ningún miembro de la Fiscalía de la Corona británica bajo ningún otro motivo'. La referencia a 'bajo ningún otro motivo', en alusión a la Fiscalía de la Corona, tenía que ver, sin duda, con la preocupación de que la Fiscalía de la Corona es agente del Reino de España en el procedimiento de extradición", explicó el juez.