SANIDAD

Nace en Gijón el bebé cuya madre estaba clínicamente muerta

La mujer, Milagros L. M., de 34 años, fue enterrada ayer en Luanco, Asturias

El bebé que estaba siendo gestado por una mujer embarazada en situación de muerte clínica nació anteayer, viernes, mediante cesárea en el hospital asturiano de Cabueñes (Gijón), donde la madre estaba siendo mantenida artificialmente con vida desde hace mes y medio con el propósito de culminar su embarazo, tal y como la gestante había solicitado antes de perder la consciencia. El pequeño, un varón de siete meses, pesó 1.290 gramos y su estado de salud era ayer favorable, aunque presentaba una ligera dificultad respiratoria y síntomas de anemia leve.

La madre, Milagros L. M., de 34 años, ...

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El bebé que estaba siendo gestado por una mujer embarazada en situación de muerte clínica nació anteayer, viernes, mediante cesárea en el hospital asturiano de Cabueñes (Gijón), donde la madre estaba siendo mantenida artificialmente con vida desde hace mes y medio con el propósito de culminar su embarazo, tal y como la gestante había solicitado antes de perder la consciencia. El pequeño, un varón de siete meses, pesó 1.290 gramos y su estado de salud era ayer favorable, aunque presentaba una ligera dificultad respiratoria y síntomas de anemia leve.

La madre, Milagros L. M., de 34 años, en estado de muerte cerebral desde el pasado 14 de noviembre, recibió sepultura ayer en la localidad de Luanco (Asturias), de la que era natural y donde residía habitualmente.El parto, mediante cesárea, se produjo a las 15.10 del pasado viernes. Aunque el propósito inicial del equipo médico era prolongar artificialmente la vida de la madre hasta finales de enero para que el feto superara las 32 semanas de gestación, momento que se consideraba más propicio para extraer al bebé, el aumento del líquido amniótico aconsejó a los facultativos anticipar la intervención y sacar del claustro materno al niño, de 29 semanas de gestación. La decisión se tomó tras verificar que la madurez fetal era suficiente.

Según explicó ayer tarde el jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital de Cabueñes, José Solís, la decisión se tomó ante el temor de que el feto pudiera sufrir una infección amniótica, una vez que se constató un aumento súbito y brusco del líquido amniótico de la madre junto con síntomas que apuntaban al inicio del parto. El equipo de guardia comprobó mediante una ecografía que el peso y la madurez pulmonar del bebé permitían su extracción. "El bebé lo veo bien, está activo y se mueve", declaró ayer Solís.

El niño permanecía ayer en una incubadora y los servicios médicos estimaban que deberá permanecer en el hospital 11 semanas. Según informó Adela Rodríguez, jefa de Neonatología, el pequeño nació bien y presentaba un índice neonatal apgar 5/9, lo que se considera normal en un feto de siete meses. El bebé respondió favorablemente tras dos o tres minutos de reanimación.

Milagros L. M., de 34 años, soltera y huérfana, fue declarada en situación de muerte cerebral el 14 de noviembre a causa de una hemorragia cerebral masiva motivada probablemente por la situación séptica (infección general en la sangre con afectación a diversos órganos) que padecía, según explicó el 13 de diciembre el doctor José Guerra, jefe de la unidad de cuidados intensivos del hospital de Cabueñes.

Por petición expresa de la gestante, que en el momento de su muerte cerebral estaba embarazada de 21 semanas y 4 días, y con el conocimiento y aprobación de su familia, los médicos del hospital tomaron la decisión de mantener artificialmente con vida a la gestante para que actuase como incubadora natural de su hijo. Para ello, se la sometió a ventilación mecánica continua, uso de medicamentos vasoactivos, nutrición parenteral (por vena) y tratamiento hormonal, con el suministro periódico de medicamentos de hipófisis y de tiroides. Desde entonces, la mujer sólo mantuvo actividad medular.

Tras certificarse su defunción, la madre recibió ayer sepultura en Luanco, a 42 kilómetros de Oviedo, la localidad marinera de la que era natural y en cuyo templo parroquial se celebraron las exequias. La familia prefirió no hacer declaraciones. Dos de los cinco hermanos de la fallecida -dos hermanas residentes en Madrid y Piedras Blancas, Asturias- habían manifestado en las últimas semanas su disposición a adoptar al pequeño, según declaró el pasado diciembre otro de los hermanos de la fallecida, Jesús L. M., vecino de Luanco.

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