Vuelven los poetas de los años cincuenta

Se prepara una antología, con inéditos, del grupo de autores lanzado por Castellet en 1959

Josep Maria Castellet los reunió, en 1959, en Veinte años de poesía española. La antología resultó polémica desde el primer momento.Y polémico siguen siendo cuarenta años después. ¿Existió el grupo poético de los años cincuenta? "Sí. Sin duda alguna", responde Carme Riera estudiosa de la generación de los cincuenta y autora de La escuela de Barcelona. "Hubo un grupo de poetas con una poética común desde el punto de vista literario, lucharon contra el franquismo, peregrinaron a la tumba de Machado en el 59, participaron en la colección Colliure...".¿Quiénes fueron? Carlos Barral, Jaime Gil de B...

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Josep Maria Castellet los reunió, en 1959, en Veinte años de poesía española. La antología resultó polémica desde el primer momento.Y polémico siguen siendo cuarenta años después. ¿Existió el grupo poético de los años cincuenta? "Sí. Sin duda alguna", responde Carme Riera estudiosa de la generación de los cincuenta y autora de La escuela de Barcelona. "Hubo un grupo de poetas con una poética común desde el punto de vista literario, lucharon contra el franquismo, peregrinaron a la tumba de Machado en el 59, participaron en la colección Colliure...".¿Quiénes fueron? Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Ángel González, José Manuel Caballero Bonald, Gabriel Ferrater (no incluido en muchas ocasiones porque publicaba en catalán), Alfredo Costafreda (excluido por problemas con Gil de Biedma, según el crítico Miguel García-Posada) y José Ángel Valente. Juan García Hortelano incluyó en su antología El grupo poético de los años 50 a José María Valverde, a Claudio Rodríguez y a Francisco Brines, recientemente galardonado con el Premio Nacional de las Letras.

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Un corredor de fondo

El poeta gallego José Ángel Valente se muestra rotundo: "No creo en la existencia de grupos literarios, deben llamarle grupo por no llamarle generación. Mi posición es muy clara: sólo hay grupo o generación en el momento en que los corredores en la línea de salida, arrodillados, esperan el pistoletazo para empezar a correr. Sólo en ese momento puede hablarse de grupo, después cada uno corre por su cuenta, luego unos se quedan atrás y tú sigues corriendo tu propia carrera en solitario. Eres un corredor de fondo. Sí tuvimos un punto de partida: éramos niños durante la guerra civil, luego cada uno de nosotros escogió su camino. El grupo existió para proteger mediocridades. Es así el famoso grupo fue Jaime Gil de Biedma y poco más. Ya dije una vez que con todos ellos salía poeta y medio. ¿Por qué no se incluyó a Gabriel Ferrater? ¿Porque escribía en catalán? Fue un poeta importantísimo, que ejerció una influencia decisiva en Gil de Biedma. Cuando uno se aferra a un grupo es un mediocre. Escribir es una aventura en solitario. Lo único que queda es escribir y la escritura".Para García-Posada, Valente sí perteneció al grupo. "Se ve claramente en sus primeros libros, Poemas a Lázaro y El inocente" y los equipara a Dos días de septiembre y Pliegos de cordel, de Caballero Bonald, o Sin esperanza, con convencimiento, de Ángel González. "Otra cosa es que luego lo dejara. El grupo tiene características comunes: el enganche político, la poesía de tipo social, que a Barral no le convencía mucho, pero ahí está su Diecinueve figuras de mi historia civil, una poesía comprometida con la realidad. Claudio Rodríguez, en cambio, no perteneció al grupo, aunque era de la generación de los cincuenta".

"Valente se bajó en marcha. Aunque se desmarque, forma parte del grupo, es inevitable", añade Caballero Bonald. "Es ahora un grupo diezmado por la muerte, pero, como grupo nos distinguimos por nuestra cohesión y por la lucha antifranquista. Nos reunimos para rendir homenaje a Machado, en Colliure en el 20 aniversario de su muerte, estuvimos en la antología de Castellet, en la colección Colliure, participamos juntos en muchas actividades políticas y sociales. Unos éramos más amigos que otros. Ocurrió que nos respetábamos mucho y que manteníamos las mismas actitudes morales y teníamos los mismos gustos literarios. Fuimos un grupo dentro de una generación. Un poco herederos directos de los del 27, quisimos aprovecharles indagando en lo que habíamos heredado, enriqueciéndolo e incorporando elementos anglosajones. Trasnochábamos mucho y bebíamos más. Al cabo de tanto tiempo seguimos siendo grandes amigos Ángel González y yo y también Brines".

"A una generación se pertenece por fatalidad y a un grupo por voluntad recíproca", dijo Brines en el congreso sobre el Grupo poético de los cincuenta, 50 años después, celebrado recientemente en la Fundación Caballero Bonald en Jerez de la Frontera. "Fui consciente de pertenecer al grupo en cuanto descubrí una serie de afinidades, de muchas clases, con aquellos amigos. En mi caso se trata de una decisión voluntaria", respondió Ángel González.

La palabra amistad está en boca de casi todos: "Antes de que nos dedicáramos a escribir ya éramos un grupo de amigos y grandes lectores. La amistad era lo más importante", dijo en cierta ocasión José Agustín Goytisolo.

Nostalgia

"Hemos compartido un tiempo en el que se hacía y se hace buena poesía. Ha sido una buena disculpa para estar juntos", afirmó González. "Hemos compartido experiencia, luchado contra el medio hostil que nos rodeaba y salido a flote. Que nos quiten lo bebido", declaró Caballero Bonald". Flota la nostalgia en torno a ese grupo hoy desaparecido o casi. En realidad, sólo quedan dos poetas vivos que se reconocen pertenecientes a él: Caballero Bonald y González.Carme Riera prepara la edición crítica de la obra completa de José Agustín Goytisolo y ha acabado una antología de los poetas catalanes del grupo: Barral, Gil de Biedma, Goytisolo, Costafreda y Jaume Ferran, en la que ha incluido inéditos.

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