Ibarrola desvela en "Arte y naturaleza" su forma de trabajo en el taller y en el paisaje

El artista vasco expone en el Círculo de Bellas Artes de Madrid obras de la última década

La obra de Agustín Ibarrola suele buscar el oxígeno, el aire libre. Pero sus trabajos en bosques y en zonas abiertas son sólo la culminación de un largo proceso que se inicia en su mirada inquieta, que encuentra sus estímulos en el paisaje y que aflora tras un largo proceso de investigación de sus posibilidades estéticas, que él desarrolla en su taller. La muestra Arte y naturaleza, que se inauguró ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, presenta una serie de obras "de cámara", frente a las "sinfónicas" que Ibarrola ha desarrollado en los últimos 10 años.

El laboratorio de Ibarrol...

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La obra de Agustín Ibarrola suele buscar el oxígeno, el aire libre. Pero sus trabajos en bosques y en zonas abiertas son sólo la culminación de un largo proceso que se inicia en su mirada inquieta, que encuentra sus estímulos en el paisaje y que aflora tras un largo proceso de investigación de sus posibilidades estéticas, que él desarrolla en su taller. La muestra Arte y naturaleza, que se inauguró ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, presenta una serie de obras "de cámara", frente a las "sinfónicas" que Ibarrola ha desarrollado en los últimos 10 años.

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El laboratorio de Ibarrola, su estudio, es también un bosque. Un bosque de rocas de papel y árboles sin raíces. Un bosque de ideas. El artista vasco siempre ha querido intervenir en el paisaje apropiándose de él a través del color, transformándolo sin necesidad de encerrarlo. Pero para lograrlo ha de ensayar sus fórmulas."Cuando paso por un paisaje, en el campo o la ciudad, empiezo a ver sus posibilidades de transformación. Pero el trabajo de investigación empieza en el estudio; un trabajo serio y profundo que explora todas las posibilidades. Lo que hay en esta exposición es el análisis del estudio del artista", dijo ayer Ibarrola. "La intención es la de polarizar la atención en el trabajo de investigación de los espacios, los bosques en los que intervengo y las relaciones de volumen y hueco de las rocas".

En el laboratorio

"La obra de laboratorio es la de la construcción de conceptos para estructurar las categorías artísticas. Pero eso no me lleva a desentenderme del mensaje. El lazo azul, el símbolo de las víctimas del terrorismo que propuse, fue fruto de una investigación y de un compromiso. Es algo que me ha creado muchos problemas, los que han sido capaces de plantear el fascismo vasco a los artistas vascos".La exposición, de la que ha sido comisario el crítico musical Juan Ángel Vela del Campo, viene a presentar al Ibarrola "de cámara" frente al "sinfónico" de los grandes espacios. "Recupera el viejo paisajismo en esta exposción, que es un bosquecillo con piedras de papel prensado".

La muestra se mueve en torno a dos importantes proyectos desarrollados por Ibarrola en los últimos años: el del bosque de Oma, en Vizcaya, y el ecoespacio de Allariz, en Ourense. "En Allariz, Ibarrola pinta un gran espacio de bosques y piedras dándoles una dimensión lúdica", afirmó Vela. "La gran aportación de Ibarrola en su etapa de los años noventa es la aportación del aspecto lúdico a sus piezas, la conquista de mayores territorios de libertad".

La muestra se abre con una sala que propone al espectador juegos visuales con las piezas. "He pintado los árboles escondidos entre los bosques", explica Ibarrola, refiriéndose a la serie que se incluye en esta muesta, titulada 4 estaciones. "La idea me vino al escuchar Las cuatro estaciones, de Vivaldi: la primavera, el verano, el otoño y el invierno. Juega con las contradicciones. La idea es la del juego de conceptos y estética". No sólo esconde el artista árboles entre el bosque, sino también una paloma de la paz y hasta a sí mismo.

En la segunda sala están las falsas piedras. Las piedras de estudio. Contrariamente a la mayoría de los escultores, Ibarrola no modela las rocas de acuerdo a su intención. "Las esculturas de papel hacen referencia a las rocas reales y las formas que se han labrado a lo largo de millones de años con la erosión de los elementos. Yo ignoro la estética artificial y me pliego a la que propone la naturaleza. He organizado conjuntos escultóricos con piedras realizadas con la técnica de los ninots".

Para Ibarrola, el material con el que se trabaja es determinante para la obra. "El material es un hecho vivo, que tiene su propia entidad. Lo que hago es desarrollar las posibilidades conceptuales de acuerdo a las exigencias del material. Al ver la materialidad de la vida que nos rodea, se alcanzan nuevos conceptos para el arte".

Ibarrola destacó la pluralidad del arte de este fin de siglo. "El arte de hoy es muy plural. El siglo XX ha abierto campos de investigación y expresión muy amplios. No pretendo ser un artista de vanguardia ni situarme en contra de otras tendencias. El pluralismo del que hablo no es algo personal, sino un fenómeno colectivo".

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