Irisarri recrea en una novela las formas de vida de la Edad Media
Las ansias de la humanidad vienen a ser las mismas y no hay nada nuevo bajo el sol, aunque hayan transcurrido varios siglos. Ésta es la idea que dio origen a la novela Las damas del fin del mundo (Grijalbo), que acaba de publicar Ángeles de Irisarri (Zaragoza, 1947). En ella, la autora de El viaje de la reina parte de un suceso histórico (la ocupación de la España cristiana por parte de Almanzor) para recrear las formas de vida de la Edad Media y fabular sobre los problemas de la humanidad. "Los conflictos universales giran en torno a construir una tierra lo más habitable posible, en la que to...
Las ansias de la humanidad vienen a ser las mismas y no hay nada nuevo bajo el sol, aunque hayan transcurrido varios siglos. Ésta es la idea que dio origen a la novela Las damas del fin del mundo (Grijalbo), que acaba de publicar Ángeles de Irisarri (Zaragoza, 1947). En ella, la autora de El viaje de la reina parte de un suceso histórico (la ocupación de la España cristiana por parte de Almanzor) para recrear las formas de vida de la Edad Media y fabular sobre los problemas de la humanidad. "Los conflictos universales giran en torno a construir una tierra lo más habitable posible, en la que todos puedan comer. Y los problemas personales tienen que ver con que tenemos que rellenar 40 años más que los que vivían los medievales y encima sin aburrirnos", opina la coautora de Moras y cristinas, junto a Magdalena Lasala.
La novela se desarrolla en el cabo de Finisterre, símbolo del fin del mundo, a principios de otro final de milenio (año 1000). Una condesa decide retirarse del mundo a un castillo a orillas del mar, convencida de que allí nadie podría llegar. Pero una serie de acontecimientos trastocan su vida. "Es también una historia de mujeres, donde queda mucho por hacer", opina De Irisarrri.