Las cuotas de pesca y agricultura enfrentarán a España y Marruecos en los próximos meses

El acuerdo pesquero entre la UE y Marrueco, que expira dentro de dos meses, y las ventas de productos agrícolas, que empezarán en enero, centrarán en los próximos meses las relaciones entre España y el reino norteafricano. Marruecos reivindica aumentar sus cuotas de ventas agrícolas en el mercado europeo. "Somos conscientes de que vamos a tener dificultades", admitió Ramón de Miguel, secretario de Estado de Política Exterior. Desde Rabat buscan una negociación combinada en la que ingresen también las cuotas de frutas y hortalizas.

Se avecinan tiempos difíciles en las relaciones entre M...

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El acuerdo pesquero entre la UE y Marrueco, que expira dentro de dos meses, y las ventas de productos agrícolas, que empezarán en enero, centrarán en los próximos meses las relaciones entre España y el reino norteafricano. Marruecos reivindica aumentar sus cuotas de ventas agrícolas en el mercado europeo. "Somos conscientes de que vamos a tener dificultades", admitió Ramón de Miguel, secretario de Estado de Política Exterior. Desde Rabat buscan una negociación combinada en la que ingresen también las cuotas de frutas y hortalizas.

Se avecinan tiempos difíciles en las relaciones entre Marruecos y España. Políticos y empresarios marroquíes y europeos, en su mayoría españoles, se dieron cita ayer en el foro organizado por el semanario británico The Economist para analizar las perspectivas económicas de Marruecos, un país en el que reiteraron su confianza tras la entronización de un nuevo rey, Mohamed VI. En los pasillos de la conferencia varios participantes admitieron, no obstante, que las relaciones con Rabat serían tensas los próximos meses. Entre Marruecos y España: el año de todas las subastas, titulaba ayer a toda página el diario socialista marroquí Liberation anticipando las turbulencias venideras. "Hay que evitar a toda costa que se llegue al grado de crispación que se alcanzó" cuando concluyó el anterior acuerdo pesquero y la flota quedó atracada, afirmó De Miguel. "Hay que resolver los obstáculos", añadió el ministro-portavoz, Josep Piqué.

Hasta ahora, sin embargo, no se ha empezado a trabajar. El acuerdo pesquero, que permite a cerca de 600 barcos españoles faenar en aguas marroquíes, en las que capturan al año 180.000 toneladas de pescado, expira el 30 de noviembre y ni siquiera han empezado las conversaciones exploratorias previas a la negociación. La dimisión de la anterior Comisión Europea y la muerte de rey Hassan II han retrasado un diálogo que debería ahora iniciarse a principios de octubre. "No dará tiempo a llegar a tiempo", asegura un diplomático.

No a un nuevo acuerdo

El ministro marroquí de Pesca, Thami el Khyari, ha reiterado hasta la saciedad que Rabat no quiere ningún nuevo acuerdo, pero los responsables españoles y comunitarios creen que, al final, transigirá si Bruselas paga y además le brinda más cooperación pesquera. La coyuntura no es, sin embargo, propicia para negociar con una UE dedicada a su ampliación al Este y el final de la legislatura en España. "Esto coincide con las elecciones y entonces los temas suelen estar más calientes", advirtió De Miguel.

De ahí que el Gobierno tenga, según De Miguel, "previstas las medidas necesarias por si debiera parar la flota para proporcionar un subsidio a los trabajadores" que viven de la pesca (unos 4.000 embarcados y otros tantos en tierra) "y hacer la reestructuración donde sea necesaria, pero no en todos los sectores". Aludía a los cefalopóderos, los más amenazados.

En el frente agrícola, Bruselas y Rabat deben renegociar, a partir de enero, los contingentes arancelarios de frutas y hortalizas previstos en el acuerdo de asociación. Aunque, como recordó el ex presidente Felipe González, los marroquíes ni siquiera alcanzaron a exportar en algunos ámbitos toda la cuota que lograron, sus representantes exigen una subida del cupo para productos sensibles como el tomate. Un sector del Ejecutivo marroquí es, además, partidario de vincular la discusión agrícola y la pesquera, lo que complicaría más la obtención de un acuerdo.

El Gobierno marroquí tiene, por su parte, motivos sobrados de queja. De los famosos fondos Meda, destinados por la UE al desarrollo de la orilla meridional del Mediterráneo, debían haber recibido en la segunda mitad de esta década 83.000 millones de pesetas, pero apenas les llegaron 29.950 millones y la tendencia es a la baja. El desbarajuste interno de la anterior Comisión explica, en buena medida, esta racanería, pero, según De Miguel, parte de la responsabilidad incumbe también a Rabat "porque ha cambiado su plan indicativo nacional"."El nivel de cumplimiento dista mucho de hacernos felices", se lamentó el ministro marroquí de Finanzas, Fathallah Oualalou.

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