Tribuna:

No se pesca

A mediados de mes comienzan las negociaciones con Marruecos, para renovar el acuerdo de pesca que mantiene la Unión Europea y que afecta de manera fundamental al sector pesquero andaluz. Primero fue la reducción del número de barcos con posibilidades de faenar, después fue la obligación de contratar mano de obra marroquí y las paradas biológicas y ahora el objetivo es que las empresas armadoras que faenen en el banco sean de capital mixto. Y todo ello aderezado por un constante aumento de las compensaciones tanto en dinero, 20.000 millones anuales, como en facilidades a la exportación de produ...

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A mediados de mes comienzan las negociaciones con Marruecos, para renovar el acuerdo de pesca que mantiene la Unión Europea y que afecta de manera fundamental al sector pesquero andaluz. Primero fue la reducción del número de barcos con posibilidades de faenar, después fue la obligación de contratar mano de obra marroquí y las paradas biológicas y ahora el objetivo es que las empresas armadoras que faenen en el banco sean de capital mixto. Y todo ello aderezado por un constante aumento de las compensaciones tanto en dinero, 20.000 millones anuales, como en facilidades a la exportación de productos agrarios a la unión. De hecho, la negociación del acuerdo pesquero se ha convertido en uno de los negocios más rentables del Reino de Marruecos con la UE. Y, probablemente, uno de los peores negocios para nuestra comunidad pues, cada vez que se renueva el acuerdo, perdemos en pesca o perdemos en el sector agrario. Ciertamente la salida es difícil, ya que desde la extensión de las aguas hasta las 200 millas, cada vez es más complicado encontrar caladeros en los que poder faenar. E incluso cuando se encuentran, como ocurrió con los del fletán en el Atlántico norte, siempre existe un país que reclama su derecho a explotarlos, para así conseguir beneficios de la rica Europa. Sin embargo, también es cierto que la reconversión de la flota andaluza no ha ido al ritmo necesario y que las alternativas fuera del sector tampoco han sido las suficientes, teniendo en cuenta que los problemas afectan a zonas con muy elevada tasa de paro. Uno se plantea preguntas como: ¿cuál es el objetivo a largo plazo del Gobierno en este aspecto?, ¿si existe un plan específico de reconversión para las zonas afectadas?, ¿cuánto dinero estaría dispuesto a emplear el Gobierno en dicha reconversión?, ¿cuáles serían las industrias alternativas?, etc. En definitiva, uno se pregunta si, aparte de poner anuncios en la prensa para darnos la cuarta o quinta cifra distinta sobre lo que los andaluces podemos perder, el PP y su candidata, alcaldesa por cierto en la provincia con más paro de España y una de las grandes afectadas por el problema pesquero, están dispuestos a poner dinero y esfuerzo para solucionar este gran problema.LUIS ÁNGEL HIERRO

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