Osakidetza potenciará las unidades que acorten la estancia de los pacientes en los hospitales Los programas alternativos a la hospitalización permiten liberar 500 camas diarias

¿Dónde se recupera mejor un paciente operado de cataratas, en casa o en el hospital? ¿Por qué tiene que esperar un enfermo tres días en el sanatorio los resultados de una prueba que puede recibir en su casa? El director general de Osakidetza, Francisco Villar, es contundente: "El enfermo donde mejor está es en su domicilio". La progresiva implantación de programas alternativos a la hospitalización tradicional permite a Osakidetza liberar 500 camas de hospital diarias para enfermos que realmente las necesitan, según un estudio del Servicio vasco de Salud.

"El hospital es tedioso, la cama...

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¿Dónde se recupera mejor un paciente operado de cataratas, en casa o en el hospital? ¿Por qué tiene que esperar un enfermo tres días en el sanatorio los resultados de una prueba que puede recibir en su casa? El director general de Osakidetza, Francisco Villar, es contundente: "El enfermo donde mejor está es en su domicilio". La progresiva implantación de programas alternativos a la hospitalización tradicional permite a Osakidetza liberar 500 camas de hospital diarias para enfermos que realmente las necesitan, según un estudio del Servicio vasco de Salud.

"El hospital es tedioso, la cama no es tan cómoda, las visitas muchas veces importunan, por muy bien que se coma hay una dieta... Si no es estrictamente necesario que ingrese unos días, el paciente debe recuperarse en su domicilio", profundiza Villar. El responsable de Osakidetza dice que a la Administración le interesan las alternativas al ingreso convencional en un hospital no por ahorrar dinero, sino porque permite emplear mejor los recursos. El informe elaborado por la dirección de Asistencia Sanitaria del Sevicio vasco de Salud revela que ocupar una cama de hospital le supone a Osakidetza una media de 37.800 pesetas al día. Si el enfermo sigue el mismo tratamiento en la cama de su casa el gasto no llega a las 8.000 pesetas (en las que se incluyen los medicamentos, las visitas de médicos y enfermeras, el tratamiento y la instalación de los aparatos que sean precisos para la recuperación). Pero, sobre todo, Villar resalta que el establecimiento de las alternativas a la hospitalización tradicional obedece a un cambio de mentalidad y de sensibilidad por parte de los médicos hacia los pacientes. "Cuando trabajaba de médico hace unos años no me importaba que el enfermo permaneciera en el hospital. Los médicos éramos muy paternalistas, pensábamos que lo mejor para el paciente era que estuviese 15 o 20 días ingresado. No nos dábamos cuenta de los esfuerzos que tenía que hacer su familia para verle, en el caso de que no fuera de la capital, o de que su calidad de vida en el hospital disminuía respecto a su casa". El mensaje de este programa es claro: acelerar las altas, acortar la estancia media y dejar la cama libre para que entre otro enfermo. "No se han cerrado camas. Lo que se ha hecho es liberarlas para un uso alternativo". A pesar de que cada año aumenta la actividad en los centros hospitalarios de Osakidetza por el constante crecimiento de demanda de servicios sanitarios por parte de la población, las alternativas a la hospitalización han permitido reducir la estancia media en los hospitales. A comienzos de los noventa la estancia habitual superaba los diez días, mientras que ahora no llega a siete. La intención del Departamento de Sanidad es seguir potenciando las alternativas a la hospitalización. Prestaciones en casa El programa está integrado por cinco servicios. La hospitalización a domicilio es uno de los más importantes. Médicos y enfermeras del hospital se desplazan al hogar del paciente, que sigue el tratamiento desde su cama en lugar de hacerlo en el centro hospitalario. La patología atendida es variada y comprende desde procesos quirúrgicos a procesos médicos. El tipo de prestaciones es igualmente extenso y va desde una consulta y una cura hasta actuaciones más complejas como el seguimiento de pacientes con trasplante hepático. Durante 1998, Osakidetza gastó una media de 7.516 pesetas diarias por cada paciente tratado en su casa, 400 más que un año antes. En total, los siete hospitales que disponen de esta unidad atendieron a 4.684 personas que precisaron tratamiento durante 78.875 días (17 días por enfermo). Osakidetza gastó 592 millones de pesetas, 126.000 por paciente hasta el final del tratamiento. La segunda pata del programa es el hospital de día médico. Se trata de espacios ubicados en el recinto hospitalario donde acuden pacientes para recibir determinados tratamientos o para someterse a una prueba diagnóstica. La estancia en este servicio puede ir desde lo 30 minutos hasta las 10 horas (la media son tres horas). Diez hospitales de Osakidetza disponen ahora de esta prestación. Otra alternativa es el hospital de día quirúrgico, adonde pasan los enfermos operados en el hospital después de unas horas de recuperación hasta que se les da el alta. La de catarata y hernia abdominal son las operaciones más frecuentes. Hasta un 30% de los operados en los centros de Osakidetza son enviados al hospital de día quirúrgico. De enero a julio pasados ha tenido 16.091 pacientes, un 23% más que en el mismo periodo del año anterior. Las unidades de corta estancia se constituyen en la cuarta pata. Atienden a enfermos con procesos que el hospital considera que no deben exceder de los tres días. Están encaminadas a dar una respuesta rápida. Han recibido a 4.700 personas en los primeros siete meses del año (un 17% más que en 1998), con una estancia media de casi dos días. Además, Osakidetza tiene un equipo de cuidados paliativos que ayuda a enfermos terminales a morir mejor. En lo que va de año ha atendido a 59 pacientes.

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