NUEVA CRISIS EN RUSIA

Washington espera seguir trabajando con el nuevo Gobierno de Moscú

Washington reaccionó con cautela a los cambios políticos anunciados por el presidente Borís Yeltsin, pero aun así expresó su confianza en poder seguir trabajando con el nuevo Gobierno que vaya a formar Vladímir Putin, quien ha negociado directamente con Sandy Berger, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, durante la crisis de Kosovo. China, el gran vecino asiático, y Alemania, el principal socio de Moscú, confían en que haya continuidad.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, David Leavy, destacó que Estados Unidos trabaja "con los ministros ruso...

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Washington reaccionó con cautela a los cambios políticos anunciados por el presidente Borís Yeltsin, pero aun así expresó su confianza en poder seguir trabajando con el nuevo Gobierno que vaya a formar Vladímir Putin, quien ha negociado directamente con Sandy Berger, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, durante la crisis de Kosovo. China, el gran vecino asiático, y Alemania, el principal socio de Moscú, confían en que haya continuidad.

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El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, David Leavy, destacó que Estados Unidos trabaja "con los ministros rusos en función de su política, no de sus personalidades" y reconoció que la decisión de destituir al Gobierno "está dentro de las prerrogativas" de Yeltsin. Este mismo argumento fue utilizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que destacó que desde Moscú se ha anunciado que no habrá ninguna variable con respecto a la política económica. Putin es un hombre conocido en Estados Unidos ya que, según dijo Leavy, era "la contraparte de Sandy Berger, y ya negociamos con él sobre Kosovo, un asunto en el que él fue constructivo". Leavy aseguró que el Gobierno de Estados Unidos tenía una "buena relación" con Serguéi Stepashin y destacó que espera tener "la misma buena relación con Putin", si es confirmado en el puesto por la Duma.El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional indicó que Berger informó al presidente Bill Clinton de la decisión de Yeltsin, pero no pudo precisar si se habían mantenido contactos entre los dos Gobiernos tras los cambios anunciados. Uno de los asuntos que más preocupan a Washington en estos momentos -y que se podría ver afectado por el cambio en la dirección del Gobierno- es la ratificación del tratado de control de armas estratégicas STARTII, que debe de llevar a cabo la Duma. Recientemente, Yeltsin prometió a Clinton que iba a hacer todo lo posible por acelerar la ratificación de este acuerdo orientado a recortar sensiblemente los arsenales nucleares de Rusia y Estados Unidos. El STARTII fue firmado por Clinton y Yeltsin en 1993 y hasta el momento ha sido ratificado sólo por el Senado norteamericano.

China manifestó que deseaba la estabilidad de su gigantesco vecino, pero no quiso hacer comentarios sobre la destitución de Stepashin. "La decisión del presidente Borís Yelstin de relevar a su primer ministro es un asunto interno ruso", señaló un portavoz del Ministerio de Exteriores. "Deseamos que haya estabilidad política en Rusia".

Alemania, el principal acreedor e inversor exterior de Rusia, dijo que no esperaba un cataclismo. "Desde luego, Alemania espera que Rusia siga avanzando por el camino de las reformas democráticas", comentó la portavoz gubernamental Charima Reinhardt, quien señaló que Alemania esperaría a conocer la razones que tenga que dar Yelstin sobre su decisión antes de realizar más comentarios.

Londres también fue parco y sólo subrayó que seguirá trabajando con el próximo Gobierno dado que la inestabilidad de Rusia constituiría un grave peligro para el resto del mundo.

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