Miguel Dalmau considera a los Goytisolo memoria literaria y sentimental de España

"Los Goytisolo fueron figuras inseparables de nuestra educación sentimental". Así describe Miguel Dalmau (Barcelona, 1957) las razones que le llevaron a escribir Los Goytisolo, un recorrido por la vida y la obra de José Agustín, Juan y Luis, que fue finalista del último Premio Anagrama de Ensayo. Dalmau lamentó la escasa tradición del género de la biografía en España y mostró su sorpresa porque un libro como el suyo no hubiera sido escrito hace ya muchos años. El crítico Josep Maria Castellet consideró el libro "insólito" en el panorama literario.

"Allí estaban (los Goytisolo), junto a ...

"Los Goytisolo fueron figuras inseparables de nuestra educación sentimental". Así describe Miguel Dalmau (Barcelona, 1957) las razones que le llevaron a escribir Los Goytisolo, un recorrido por la vida y la obra de José Agustín, Juan y Luis, que fue finalista del último Premio Anagrama de Ensayo. Dalmau lamentó la escasa tradición del género de la biografía en España y mostró su sorpresa porque un libro como el suyo no hubiera sido escrito hace ya muchos años. El crítico Josep Maria Castellet consideró el libro "insólito" en el panorama literario.

"Allí estaban (los Goytisolo), junto a las manchas de café que dejamos en los cuentos de Cortázar, las risas mentoladas de los primeros filmes de Woody Allen, los abrazos que nunca pudimos darle ni a Carly Simon ni a Carole King o el calor paleocristiano de los cines de arte y ensayo". Dalmau liga de este modo a los Goytisolo con los años del final del franquismo, pero la biografía abarca desde los tiempos de la guerra civil, cuando los tres hermanos viven la contienda en Cataluña, hasta referencias a obras y actitudes muy recientes del poeta José Agustín, del narrador y ensayista Juan y del novelista Luis."No obstante", precisó ayer Dalmau durante un almuerzo con un grupo de periodistas, "decidí dar un golpe de telón, establecer un falso final y cerrar la biografía en 1975, el año de la muerte de Franco. De todos modos, en el libro aparecen referencias de todo tipo a los últimos 24 años, pero la técnica de la obra no respeta una cronología convencional. Por otra parte, necesito contemplar las cosas con una cierta distancia para escribir sobre ellas". Crítico literario, novelista y periodista, Miguel Dalmau considera, al igual que Josep Maria Castellet, que participó en la presentación del libro, que "los Goytisolo son puntos de referencia de la literatura y de la cultura españolas del último medio siglo".

Tanto Dalmau como Castellet y Jorge Herralde, editor de Anagrama, resaltaron una y otra vez las diferencias literarias y humanas de José Agustín (1928-1999), Juan (1931) y Luis (1935), los tres nacidos en la ciudad de Barcelona. Este último comentó ayer a los periodistas que no hallaba razones especiales en su familia para que tres hermanos se hubieran dedicado a la literatura. "Supongo que las habría", indicó el autor de Antígona y el Goytisolo que más se ha centrado en su faceta creativa, ajeno a los compromisos cívicos y culturales de sus otros hermanos. Aunque rechazó establecer comparaciones sobre la actitud que cada uno de los Goytisolo adoptó ante la biografía, Dalmau aceptó señalar: "Por su carácter, José Agustín

[fallecido el pasado mes de marzo] fue el más sociable y el más abierto. Juan mostró muchas reticencias hacia el libro porque creía que una biografía de estas características debía escribirse cuando las personas hubiesen muerto. Pese a ello, Juan colaboró después con mi trabajo. Finalmente, Luis resultó ser mi fuente de información más veraz".

Rebelión de personajes

Luis Goytisolo matizó que es imposible estar de acuerdo en un 100% con un libro biográfico. "Pero", agregó, "los tres estábamos sustanciamente de acuerdo con lo que se dice en Los Goytisolo, de Miguel Dalmau". En esa línea, el autor subrayó las curiosas situaciones que se plantean al abordar las biografías de personas que están vivas y se mantienen en activo. "Al hacer mi trabajo", manifestó Dalmau, "las cosas se movían hasta tal punto que mi mujer decía que los personajes se me rebelaban".

Dalmau ha pretendido escribir una obra rigurosa y divulgativa a un tiempo, "huir del horror de saturar al lector con referencias, citas y notas a pie de página". "No quería hacer un libro para eruditos, es decir, para cinéfilos empedernidos", apostilló Dalmau.