52º FESTIVAL DE CANNES

El director habla de cine, dinero, mujeres y fracasos

ENVIADO ESPECIAL

Leos Carax, el realizador maldito del nuevo cine francés, no decepciona, porque, efectivamente, se parece a lo que se espera de Leos Carax. Se plantó en la rueda de prensa con unas gafas de sol, el pelo negro corto y revuelto y una chaqueta gris gastada. Habló -enganchando un cigarrillo tras otro- en susurros y pidió que se le repitiesen algunas preguntas, a las que siempre respondía tras unos instantes de silencio. "No soy maldito, sólo quiero vender entradas, como todo el mundo", dijo el realizador, que no aparenta sus 38 años, cuando fue preguntado sobre su pecul...

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ENVIADO ESPECIAL

Leos Carax, el realizador maldito del nuevo cine francés, no decepciona, porque, efectivamente, se parece a lo que se espera de Leos Carax. Se plantó en la rueda de prensa con unas gafas de sol, el pelo negro corto y revuelto y una chaqueta gris gastada. Habló -enganchando un cigarrillo tras otro- en susurros y pidió que se le repitiesen algunas preguntas, a las que siempre respondía tras unos instantes de silencio. "No soy maldito, sólo quiero vender entradas, como todo el mundo", dijo el realizador, que no aparenta sus 38 años, cuando fue preguntado sobre su peculiar carrera, que ha retomado tras ocho años de ausencia con Pola X, una adaptación de una novela de Herman Melville.

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En 1984, presentó en Cannes su primera película, Chico conoce chica, y no tanto el filme como su persona causaron una impresión extraña pero favorable. Siempre envuelto en un aire de malditismo y de misterio (Leos Carax es un seudónimo y nunca ha revelado su auténtico nombre), su siguiente título, Mala sangre, lo colocó como uno de los nuevos talentos del pujante cine francés.

Ocho años de silencio

Los amantes del Pont-Neuf representó un giro en su vida, (mantuvo una larga relación sentimental con la protagonista, Juliette Binoche) y en su carrera. El rodaje se prolongó, con interrupciones, durante casi tres años y se gastó lo que no está escrito en una película que funcionó (y sólo parcialmente) entre la crítica; pero no entre el público. Entonces, en 1991, desapareció del mapa. Ha resurgido con Pola X, una reaparición que una revista francesa ha calificado como "el acontecimiento más importante del certamen dentro del pequeño mundo de nuestro cine".La expectación ha sido aún más grande dado que fue la primera película cuya presencia fue anunciada para este festival. "Había que sacar el filme en París en invierno, pero cuando surgió la posibilidad de estar en Cannes, me pareció mejor que todo el mundo lo viese el mismo día", señaló Carax. También reconoció que el certamen iba a hacer más fáciles sus contactos con la prensa, ya que rara vez concede entrevistas. "¿A quién le gusta hablar con la prensa? ¿A Jane Fonda? Cuando hay mucha gente, como aquí, es más fácil. Ése es otro de los motivos por los que me decidí a estar aquí".

"El cine es el único patrón que me ha dado trabajo, mi único país. También es lo que más me ha proporcionado y, hablando más superficialmente, me ha dado pasta, mujeres y fracasos", señaló cuando fue preguntado sobre lo que representaban sus películas en su vida.

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