Sargento García abre el Espárrago con un explosivo cóctel musical

El festival presenta en Jerez a más de sesenta grupos a lo largo del fin de semana

El festival Espárrago ha elegido Semana Santa para celebrar su XI edición, que culminará en la madrugada del domingo. Rock, pop, tecno, rai y flamenco se dan cita en Jerez de la Frontera, con más de 60 actuaciones, como las de Orbital, Sepultura, Khaled, Aterciopelados, Javier Álvarez, Chano Lobato, Dusminguet, Los Planetas, Mad Professor y Sargento García. Estos, últimos son una banda parisiense que cultiva el mestizaje hasta sus últimas consecuencias.

Los medios musicales franceses no se cansan de hablar últimamente de Sargento García. Una banda de 11 parisienses, hijos o nietos de em...

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El festival Espárrago ha elegido Semana Santa para celebrar su XI edición, que culminará en la madrugada del domingo. Rock, pop, tecno, rai y flamenco se dan cita en Jerez de la Frontera, con más de 60 actuaciones, como las de Orbital, Sepultura, Khaled, Aterciopelados, Javier Álvarez, Chano Lobato, Dusminguet, Los Planetas, Mad Professor y Sargento García. Estos, últimos son una banda parisiense que cultiva el mestizaje hasta sus últimas consecuencias.

Los medios musicales franceses no se cansan de hablar últimamente de Sargento García. Una banda de 11 parisienses, hijos o nietos de emigrantes, que han acertado en el difícil arte de la coctelería musical. Reggae, son cubano, ragamuffin, electrónica y lo que haga falta para incitar al baile y también a la agitación del pensamiento, porque sus letras antirracistas proclaman la convivencia enriquecedora de las distintas culturas.

París es un gran laboratorio cultural. En esa intensa urbe conviven personas de todo tipo de procedencias, con sus costumbres, su ropa y su forma de vivir. Pero los hijos de estos emigrantes, que han crecido y sido educados también como franceses, constituyen un mundo que está tomando nuevas formas. Sargento García es una banda sin prejuicios.

Bruno García, hijo de un bilbaíno y madre francesa, con familia argelina y africana, es el líder del grupo. "Los hijos de inmigrantes vamos a buscar nuestras raíces y las añadimos a nuestra cultura francesa. Es lo que hacen la Orquesta de Barbés y Gnawa Difussion, con la música magrebí, o nosotros, P18 y Manu Chao, con la música latina. Antes, esta música se quedaba en los círculos de las comunidades de cada país, pero los que hemos ido al colegio con chicos de otros países estamos más abiertos a todo tipo de música", afirma Bruno García.

Latinoamérica de oídas

Ellos cantan en castellano y en francés en su primer disco. Fascinados por los ritmos caribeños, hacen una mezcla explosiva, más compleja de lo que parece. "Para tocar música cubana tradicional hay que saber mucho, pero lo que yo intento es, respetando toda la tradicionalidad de esa música, meter lo que yo soy ahora, viviendo en Francia y en Paris. Ahí entra el hip hop, el reggae, el rock y la canción francesa".

Bruno García no ha estado nunca en América Latina: "Tal vez tengo unas ideas un poco románticas de Latinoamérica, pero pronto iré y veré cómo es. Es posible que sea distinta a lo que imagino. He conocido muchos latinoamericanos en París, amigos de mis padres, refugiados políticos que llegaron huyendo de las dictaduras, y también gente de mi edad".

Quizá por eso Bruno García asocia la música latina con la intención política. "Puede ser, pero yo siempre he sido consciente de los problemas de marginación a los extranjeros que hay en Francia. Lo he visto muy de cerca. A los 15 años yo tocaba en una banda punki, muy radical. En mi familia también me he formado una consciencia política y también con la literatura, con lo que he leído".

La banda de Sargento García se formó tras una serie de casualidades. "Hay un programa de radio, Salsamanía, que yo escuchaba mucho. Ellos invitaron a los oyentes a que enviaran postales y tarjetas por su aniversario y yo les mandé una maqueta de un tema de ragamuffin salsero inspirado en el programa. Les encantó y lo pusieron de careta del programa".

"Me pareció bien la idea, mezclar las músicas de Cuba y Jamaica, dos islas pequeñas del Caribe que han tenido una enorme in fluencia en la música actual. No es una receta fácil, porque el reggae es un ritmo que te echa el cuerpo para atrás, hacia dentro; y la salsa te echa para delante, te mueve hacia fuera. Rítmicamente, es una mezcla un poco torcida, la dificultad la vencí con el ragamuffin, que es más rápido que el reggae. Pero creo que he logrado que funcione".

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