Cartas al director

Robo

Soy un padre de familia, con cuatro hijos, vecino de la localidad madrileña de Alcobendas.La pasada noche me robaron.

Tengo una furgoneta con la que me dedico a vender a los comercios minoristas. Paso todo el día en calle, desde las 7.00 en que salgo de casa y hasta las 21.00 que regreso.

La mayoría de los días hace frío en la calle y, muchas veces, demasiado calor; hay otros en los que, además, llueve. Mis hijos y yo mismo también necesitamos comer y pagar la luz en esos días.

El tener una plaza de garaje también cuesta dinero, y mucho. Allí es donde solía guardar mi furg...

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Soy un padre de familia, con cuatro hijos, vecino de la localidad madrileña de Alcobendas.La pasada noche me robaron.

Tengo una furgoneta con la que me dedico a vender a los comercios minoristas. Paso todo el día en calle, desde las 7.00 en que salgo de casa y hasta las 21.00 que regreso.

La mayoría de los días hace frío en la calle y, muchas veces, demasiado calor; hay otros en los que, además, llueve. Mis hijos y yo mismo también necesitamos comer y pagar la luz en esos días.

El tener una plaza de garaje también cuesta dinero, y mucho. Allí es donde solía guardar mi furgoneta hasta que, la pasada noche, unos desalmados destrozaron mi vehículo y, además, se llevaron casi un millón de pesetas en género.

Esta cantidad son los ingresos de muchos meses y mucho esfuerzo de dura venta. Pero, claro, las cosas son muy distintas para la Policía Nacional de Alcobendas, ellos siempre tienen a final de mes su sueldo, un sueldo que pagamos entre todos para tener un mínimo de seguridad y no para que ni siquiera se presenten para ver lo ocurrido, y mucho menos para tomar huellas, porque mi caso no es de interés para la policía.

Quizá si además me hubieran puesto una bomba, tendría dicho interés, incluso para la prensa.

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Pero aquí sólo tienen interés, los robos, como pasó el otro día, a los grandes centros comerciales (tal vez alguien me pueda explicar el por qué y si hay algún motivo especial).

Me consta, y también a la policía, que saben quiénes son, que saben nombres y apellidos de cada uno de los que me han robado, pero, digo yo, que para ellos será más seguro hacer la vista gorda, no complicarse y rezar para que no les pase a sus familias.

Y quiera Dios que no les toque a ellos porque, entonces, los que nos encontramos en mi caso, que por desgracia en Alcobendas somos demasiados, nos íbamos a reír, pero tan fuerte que nos iban a tener que recoger en ambulancia, de la risa, y no de los ataques al corazón que nos dan ahora. Pero, ¡qué bien va Alcobendas! ¿verdad, señor alcalde y jefe de policía? Y ¿para qué airear "menudencias" en época preelectoral cuando este tipo de maleantes, son el colectivo que más les votan?

Tal vez pretenden que no le dé importancia al asunto porque ellos, personalmente, me van a abonar el millón de pesetas sustraído, o me va a hacer un seguro por el género que transporto diariamente, cosa que no hace ninguna compañía de seguros.

Pero, sobre todo, si hoy no han hecho ni caso, ¿quién me asegura a mí que no vuelvan mañana a robarme a mí o a cualquiera? Al fin y al cabo, en esta ciudad los cacos lo tienen muy fácil. ¿Habrán puesto ellos el cartel de que "Alcobendas va bien"?-

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