Un colapso estelar

"La explosión fue un sábado por la mañana. El aviso me llegó a las dos de la tarde", recuerda el astrofísico español Alberto Castro-Tirado sobre el estallido de rayos gamma del 23 de enero pasado. Inmediatamente puso en funcionamiento el sistema de observación mundial que coordina y, como todavía era de día en España, las primeras observaciones se las encargó a los colegas de un telescopio chino. "Después utilizamos los telescopios de Canarias y de Calar Alto [Observatorio Hispano Alemán, en Almería]", explica este investigador del Instituto de Astrofísica (IAA) de Andalucía y del INTA.Castro-...

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"La explosión fue un sábado por la mañana. El aviso me llegó a las dos de la tarde", recuerda el astrofísico español Alberto Castro-Tirado sobre el estallido de rayos gamma del 23 de enero pasado. Inmediatamente puso en funcionamiento el sistema de observación mundial que coordina y, como todavía era de día en España, las primeras observaciones se las encargó a los colegas de un telescopio chino. "Después utilizamos los telescopios de Canarias y de Calar Alto [Observatorio Hispano Alemán, en Almería]", explica este investigador del Instituto de Astrofísica (IAA) de Andalucía y del INTA.Castro-Tirado lidera uno de los tres grupos internacionales que presentan hoy sus estudios del mayor estallido observado en la revista Science. Este grupo siguió el resplandor de la explosión hasta el 18 de febrero, y descubrió una rápida e inesperada caída de la energía del mismo. El análisis de los datos sustenta, explica él, una de las dos teorías principales acerca del origen de estos estallidos.

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"Un modelo se basa en un sistema binario formado por dos objetos compactos, o estrellas de neutrones o agujeros negros, en el que uno se precipita en el otro generando el estallido de rayos gamma", dice Castro-Tirado.

"Pero nuestros resultados apoyan el otro modelo: una estrella supermasiva (30 o 40 veces la masa del Sol), en sus últimos estadios, se colapsa en cuestión de segundos y genera un agujero negro".

Parte de la masa estelar se queda momentáneamente alrededor del objeto compacto y cuando cae en él, genera un chorro de energía con una velocidad cercana a la de la luz. "Si ese chorro está orientado hacia nosotros, lo vemos como estallido de rayos gamma", dice el científico español, que ha trabajado con colegas del IAA, del Instituto de Astrofísica de Canarias y de Calar Alto.

La atenuación en la potencia del estallido descubierta por este grupo podría deberse a que el chorro del estallido de rayos gamma es observado con un pequeño ángulo y no perfectamente enfocado en nuestra línea visual.

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