BIOLOGÍA MOLECULAR

Nueva vía para evitar el crecimiento de tumores

Una vía enzimática vinculada con el proceso de proliferación celular, descubierta por un grupo de investigadores del CSIC dirigido por Juan Carlos Lacal, podría convertirse en una novedosa aproximación terapéutica en la lucha contra determinados tipos de tumores. La nueva vía, objeto de una patente, está a la espera de ser desarrollada por la industria farmacéutica. Las investigaciones del grupo de Lacal tienen su origen en la localización e identificación de enzimas (moléculas biológicas que catalizan reacciones bioquímicas en los organismos) en células normales y en ...

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Una vía enzimática vinculada con el proceso de proliferación celular, descubierta por un grupo de investigadores del CSIC dirigido por Juan Carlos Lacal, podría convertirse en una novedosa aproximación terapéutica en la lucha contra determinados tipos de tumores. La nueva vía, objeto de una patente, está a la espera de ser desarrollada por la industria farmacéutica. Las investigaciones del grupo de Lacal tienen su origen en la localización e identificación de enzimas (moléculas biológicas que catalizan reacciones bioquímicas en los organismos) en células normales y en células transformadas, potencialmente cancerígenas. La enzima identificada, explica Lacal, participa de la cascada de reacciones bioquímicas que inducen el proceso de proliferación celular. "Identificamos una diana", indica, "que se encuentra presente en ambos tipos de células". Identificada la diana, el trabajo ha consistido en diseñar una molécula capaz de interferir en este proceso.La molécula en cuestión, asegura Lacal, estaba "disponible en el mercado". Lo que pasa es que "nadie hasta ahora había considerado esta vía enzimática" y la había relacionado con el posible desarrollo de fármacos antitumorales. El equipo de Lacal ha trabajado desde entonces en mejorar la eficiencia de la molécula y en limitar su toxicidad. El resultado, indica, es una molécula "mil veces más efectiva" que la original, que se ha probado ya con éxito en cultivos celulares y, posteriormente, con ratones que desarrollan tumores humanos.

La clave del hallazgo, según el investigador, no es tanto haber dado con una molécula en concreto como identificar nuevas estrategias que den lugar a dianas terapéuticas complementarias a las que ya existen, al tiempo que plantear el diseño de un nuevo fármaco conociendo de antemano el mecanismo biológico sobre el que se pretende interferir. "De gran parte de los fármacos", explica, "sabemos que funcionan pero no porqué funcionan". El mejor ejemplo de ello, dice el científico, es el taxol, cuyo mecanismo de acción no se ha podido identificar hasta fechas recientes. Hasta hace muy poco se desconocía que este fármaco interfería en la acción de la tubulina, una proteína de tipo estructural básica para la formación del esqueleto celular.

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