Jóvenes radicales se enfrentan en Vitoria a un grupo ultraderechista capitaneado por Ynestrillas
Refugiarse en sagrado fue lo que salvó a Ricardo Sáenz de Ynestrillas y otras siete personas de ideología ultraderechista de males mayores. Los ultras hubieron de buscar amparo en la iglesia de San Miguel, en Vitoria, cuando un grupo de jóvenes radicales se enfrentaron a ellos y les atacaron al intentar desplegar una pancarta en la plaza de la Virgen Blanca, en pleno centro de la ciudad. El acto, convocado por la formación que dirige Ynestrillas, la Alianza para la Unidad Española (AUN), estaba prohibido por el Departamento de Interior del Gobierno vasco y el Tribunal Superior de Justic...
Refugiarse en sagrado fue lo que salvó a Ricardo Sáenz de Ynestrillas y otras siete personas de ideología ultraderechista de males mayores. Los ultras hubieron de buscar amparo en la iglesia de San Miguel, en Vitoria, cuando un grupo de jóvenes radicales se enfrentaron a ellos y les atacaron al intentar desplegar una pancarta en la plaza de la Virgen Blanca, en pleno centro de la ciudad. El acto, convocado por la formación que dirige Ynestrillas, la Alianza para la Unidad Española (AUN), estaba prohibido por el Departamento de Interior del Gobierno vasco y el Tribunal Superior de Justicia de la comunidad.Durante la mañana se fueron concentrando hasta 200 personas en el lugar elegido por Ynestrillas y sus acompañantes. Según informa Efe, cuando el grupo ultra fue a desplegar la pancarta, los abertzales radicales se lanzaron contra ellos y les atacaron entre insultos y gritos que hacían referencia al asesinato de Josu Muguruza, diputado de HB, en Madrid en noviembre de 1989. Ynestrillas fue acusado de haber participado en aquel atentado, pero resultó absuelto.
Uno de los jóvenes que se enfrentaron a los ultras lanzó un cóctel mólotov. Ynestrillas y los suyos corrieron a refugiarse en la iglesia perseguidos por sus atacantes, que prendieron fuego a la pancarta e intentaron romper las puertas del templo sin lograrlo.
Fuerzas de la Ertzaintza llegaron hasta la iglesia y aconsejaron a los encerrados que no salieran a la calle. Posteriormente, les introdujeron en una furgoneta policial en la que les condujeron hasta una comisaría, en la que quedaron detenidos por desobediencia a la autoridad.
También fue arrestado el joven acusado de lanzar el objeto incendiario y que fue conducido a unas dependencias de la Policía Municipal.
Uno de los acompañantes de Ynestrillas resultó con una herida en la cabeza, producida por un objeto contundente, de la que sangró abundantemente.