Con Roma, pero libres

Libres sí, pero con Roma. El cardenal Ricard Maria Carles dijo ayer que los obispos españoles "obraron con total libertad" en las elecciones de esta semana para renovar la cúpula de la Conferencia Episcopal, donde han asumido todo el poder los dos únicos cardenales en activo en España, el propio Carles y el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco. El único precedente se dio en 1972, con los cardenales Tarancón, de presidente, y Bueno Monreal, como vicepresidente."Lo único que han demostrado (los obispos), con la elección de dos cardenales es su adhesión a Roma y al Santo Padre", añad...

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Libres sí, pero con Roma. El cardenal Ricard Maria Carles dijo ayer que los obispos españoles "obraron con total libertad" en las elecciones de esta semana para renovar la cúpula de la Conferencia Episcopal, donde han asumido todo el poder los dos únicos cardenales en activo en España, el propio Carles y el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco. El único precedente se dio en 1972, con los cardenales Tarancón, de presidente, y Bueno Monreal, como vicepresidente."Lo único que han demostrado (los obispos), con la elección de dos cardenales es su adhesión a Roma y al Santo Padre", añadió Carles. Ambos eran, sin duda, los señalados del Papa, frente a las candidaturas de Elías Yanes, arzobispo de Zaragoza, y Fernando Sebastián, de Pamplona, pero Carles recordó que él mismo, en las elecciones de hace tres años, "sonaba como candidato con el beneplácito de la Santa Sede y, sin embargo, no salí elegido".

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Carles negó también que de su nombramiento como vicepresidente de los obispos españoles pueda deducirse que se va a dilatar la creación de una región episcopal catalana. Explicó que, con el nuevo Código de Derecho Canónico, la Conferencia Episcopal Tarraconense quedó fuera de la ley, porque no están reconocidos estos organismos, al no ser de un Estado, con la excepción de Escocia y Gales. El resto de las más de 200 conferencias episcopales del mundo son de estados.

La solución para dar una estructura jurídica propia a los obispos catalanes, según Carles, es agrupar sus diócesis en una región eclesiástica, como las que hay en Italia o en Francia.

"Observé desde el principio que desde Roma esto lo veían bien y, por lo que he comprobado, en el ejecutivo del episcopado español también ha sido recibido benévolamente. Mi presencia, más que frenar, puede ayudar a que lo podamos resolver".

El plenario de los obispos procedió también a la reforma de los estatutos de la Conferencia para adaptarse a las nuevas normas aprobadas en Roma sobre la naturaleza jurídica y teológica de las Conferencias Episcopales.

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