Los guaraníes proponen la paz al Rey de España

La eficacia de un programa de cooperación dirigido por la doctora valenciana Pilar Mateo para combatir el denominado mal de chagas, una plaga que afecta a la gran mayoría de los supervivientes de la etnia guaraní residentes en Bolivia, Argentina, Paraguay y parte de Brasil, ha doblegado el orgullo de un pueblo centenario que se considera formalmente en guerra con la Corona desde 1586. Dos representantes del pueblo guaraní visitaron ayer la Generalitat para agradecer su colaboración en el proyecto y difundieron una propuesta de acuerdo de paz con el Rey de España que persigue "cerrar las herida...

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La eficacia de un programa de cooperación dirigido por la doctora valenciana Pilar Mateo para combatir el denominado mal de chagas, una plaga que afecta a la gran mayoría de los supervivientes de la etnia guaraní residentes en Bolivia, Argentina, Paraguay y parte de Brasil, ha doblegado el orgullo de un pueblo centenario que se considera formalmente en guerra con la Corona desde 1586. Dos representantes del pueblo guaraní visitaron ayer la Generalitat para agradecer su colaboración en el proyecto y difundieron una propuesta de acuerdo de paz con el Rey de España que persigue "cerrar las heridas de la historia". PÁGINA 16

Los guaraníes ofrecen la paz a España

El capitán grande de los indígenas guaraníes del alto y del bajo Isoso, Bonifacio Barrientos, visitó ayer la Generalitat Valenciana en son de paz. Los guaraníes son uno de los escasos pueblos originarios de América Latina que mantienen una organización centeneria, unas costumbre y una lengua sobre la que asientan su orgullo. En su día ocupaban los territorios de El Chaco, una extensa zona que incluye parte del altiplano de Bolivia, los valles que caen hacia el Atlántico y el plano que se extiende bajo la cordillera de los Andes sobre suelo de Argentina, Paraguay y Brasil. Los guaraníes no entienden de fronteras, pero recuerdan que Felipe II declaró formalmente la guerra contra los indios chiriguanos en 1584. "Como guaraníes nunca fuimos sometidos a la Corona", comenta Evelio Arambiza, colaborador del capitán grande. Arambiza asegura que las autoridades españolas requirieron hace unos años a los guaraníes un acercamiento, que fue rechazado por la asamblea de capitanes, cargo hereditario que mantiene su vigencia desde los tiempos anteriores a la conquista. Entonces se llamaban burubisas pero los guaraníes asimilaron la palabra capitán, con que los primeros españoles se referían a sus mandos. Pero los centenarios guaraníes son también pobres entre los pobres, afectados de forma alarmante por el denominado mal de chagas, una enfermedad que se transmite a través de una especie de chinche que infecta la sangre con un tripanosoma que provoca transtornos de los sistemas nervioso, digestivo y circulatorio y puede resultar mortal. No existe vacuna para el mal de chagas, pero una doctora valenciana, Pilar Mateo, ha desarrollado una pintura capaz de impedir el desarrollo de las larvas del insecto en las viviendas de los afectados. Un proyecto piloto desarrollado en Bolivia, en territorio guaraní, y financiado por la Generalitat Valenciana y la Universidad Politécnica, ha tenido una incidencia espectacular sobre el desarrollo de la plaga. La iniciativa ha modificado los hábitos higiénicos y educativos de los guaraníes que residen en la zona y ha mejorado sustancialmente sus condiciones de vida. También ha doblegado el orgullo de los guerreros, que han decidido ofrecer un acuerdo de paz al Rey de España para "cerrar las heridas de la historia" y avanzar hacia "un nuevo periodo de amistad y colaboración recíproca", según reza una misiva entregada por la Agrupación del Pueblo Guaraní en diciembre pasado al embajador de España en Bolivia. Arambiza explica: "No hubo ni vencedores ni vencidos, pero el pueblo guaraní ha cambiado". "Los guaraníes sufrimos bastante y fuimos a parar a una región de refugio donde sobrevivimos", concede. Pero la cooperación española ha tenido un efecto rotundo sobre la vida de las comunidades indígenas y la posiblidad de extender la iniciativa a miles de viviendas requiere gestos de amistad, incluido el nombramiento de la doctora Mateo como embajadora. "Un pueblo amargado, frustrado, con rencor, no puede vivir mucho tiempo", sintetizó Arambiza.

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